Ayer domingo me ocurrió una especie de Expediente X del ambiente aunque, bien pensado, la verdad es que podría ser el pan nuestro de cada día, pero como una está ya mayora y no se mueve mucho pues me llamó la atención.
Estaba yo en un bar de dudosa reputación y más que dudoso nivel de personal con mi tx y mi amiga la Ketty cuando, de un grupo de tres muchachitos, uno de ellos se dirige a mí:
- Oye, que éste dice que si te llamas Mocho.
Yo, halagado, hipertonta, encantado de haberme conocido, y pensando que se trataba de uno de cada vez más innumerables fans, pongo mi sonrisa de gato de Chesire de la Alicia de Disney y le digo que sí, que ése es mi nombre, ¿por?
Y salta el que "decía que me conocía":
- Porque yo estuve en tu casa hace muchos años, por Atocha.
Cara de FLOP, WTF y todas las onomatopeyas internáuticas gilipolluásticas que se te ocurran. Risas salvajes de la Ketty.
- Perdona, pero yo no he vivido nunca por Atocha (respondo toda digna).
Y entonces al interfecto se le hincha la vena à la María Patiño style, se empieza a sulfurar por momentos y comienza a subir el tono de voz.
- Que sí, que vivías en una perpendicular justo al lado de la estación, que yo estuve allí, que blablablabla.
Vamos a ver, bonita, yo puede que no me acuerde de un polvo, de un tío, de alguien a quien me han presentado, pero de lo que sí me acuerdo es de dónde he vivido, y puedo asegurar que en mis sopotocientos años de vida, siempre he vivido más allá de los límites de la M30 de Madrid.
Pero como el grandullón ése parecía que iba a empezar a echar espumarajos por la boca de un momento a otro y, francamente, yo no veía la necesidad de ponerme a rebatir nada, y menos con una copa en la mano, le dije "ah, pues sería en casa de mi primer marido", y pegué la vuelta pimpinelescamente.
Amoavé amoasuponé.
Es posible que el tipo ése me conociera del año catapum chimpum, porque mi nombre se lo sabía, y que incluso hubiera estado en mi casa, aunque se equivocara de ubicación (otro de los #gaysdesubicados), y hasta que hayamos echado un polvo, que se remontaría a por lo menos 15 años atrás, calculo pero... ¿qué necesidad hay de contarlo en un bar?
¿A qué viene lo de decir a los amigos que corroboren el nombre?
¿Y luego lo de soltar en público que había estado en mi casa?
Y,, más aún, ¿lo de ponerse hecha un basilisco al negarle yo que había vivido por esa zona?
No sé, lo mismo tenía necesidad autoafirmarse delante de sus amigos con el clásico "yo he echado un polvo con ése" o estaba haciendo oposiciones a marica mala e intentaba ponerme en evidencia o en una situación incómoda delante de mis amigos y mi novio (a quien, evidentemente, le repanfinfla lo que yo hiciera antes de conocerlo, y parte de lo de después, notejodepuntocom).
Y un domingo, por favooooor, ¡que es el día de reposo!
En fin, el caso es que, fuera lo que fuese, yo no me acuerdo, así que muy mal polvo tuvo que ser.
Y, desde luego, mucho más graciosa fue la conversación a la que asistí en el baño minutos después entre dos jóvenes y alegres muchachitos.
- Pero Pedro, ¿te vas a drogar?
- Sí.
- Vas a acabar muy mal.
- Ya lo sé.
Ay, ¡esta juventud!
il Postino es "bonita"
viernes, 26 de julio de 2013
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Hoy me marco un AnaRosa (Ctrl+C, Ctrl+V) de mi propio blog de ópera, que he tenido una semanita de lo más ajetreada, con viaje relámpago y agotador incluido y luego lo del tren de anteayer me dejó de tan mala hostia que no tenía ganas de escribir chorradas.
Así que, para ti, mariculta interesada, mi crónica de Il Postino:
Mi amigo Almatosa, experto en Historia del Arte, dice que lo peor que se puede decir de una obra de arte (disculpa la redundancia), es que es bonita.
Pues bien, Il Postino es una ópera "bonita", con sus seis letras.
Tiene una música muy amable, muy agradable, con una melodía que llega al público fácilmente.
Al escucharla suena a canción ligera americana de la de toda la vida, a María Gréver, a Agustín Lara. Siempre sin caer en un "aria" o "canción" completa, claro, que esto es ópera del siglo XXI y todo tiene que ser así como un coitus interruptus. También recuerda al teatro musical contemporáneo (de hecho, la melodía que suena cuando ponen el tocadiscos es clavadita a al canción del saxofón del musical Miss Saigon).
El argumento (y, lo reconozco, ni conozco la novela ni he visto la película en la que la ópera se basa, con lo que iba virginal y libre de prejuicios al teatro) es también muy "bonito". La fascinación de un cartero por un poeta, la historia de amor, los detalles incluso humorísticos, la nota de nostalgia y, cómo no, el momento dramático de soltar la la lagrimita.
Y, pese a este "bonitismo", tengo que reconocer la habilidad y saber hacer de Daniel Catán para escribir una ópera que funciona. Lo primero la música: es complaciente, sí, pero también muy efectiva. Ilustra perfectamente las escenas que relata, llega a cotas emocionantes y está salpicada de momentos muy bellos. Y luego el texto: ¡Por fin un compositor que es autor del libretto y no se dedica a abochornarnos con sus comeduras de tarro autocomplacientes! Ayudado por los poemas y palabras de Neruda (e imagino que de la novela y la película), el libreto es directo, no sobra nada, no se pierde en vaguedades, cumple también su función. Muy bien.
La producción, además, también es "bonita": escenario vació con un suelo embaldosado de azul y una plataforma que viene y va. Con ayuda de cuatro elementos de atrezzo y unas proyecciones se generan los escenarios necesarios. Se puede hablar de una producción clásica, con una más que aceptable dirección actoral de cantantes y dentro de los cánones más convencionales.
Imagino que todo lo convencional y lo "bonito" de esta producción para burgueses acomodaticios es lo que ha hecho que Gérard Mortier diga que no le interesa lo más mínimo y que fue una imposición de Plácido Domingo. Evidente, está en las antípodas de todo lo que nos ha estado programando. A mí me gusta lo que Mortier ha estado haciendo con el Teatro Real de Madrid, pero también como revulsivo viene bien una producción de este tipo.
Y la estrella de la producción iba a ser Plácido Domingo, pero ha tenido que cancelar por una embolia pulmonar. Vicente Ombuena pone línea de canto y agradable timbre, pero la voz y la proyección no pueden luchar contra la entidad protagónica de un Domingo. Había muchos asientos libres, probablemente provocados por la ausencia de Plácido.
Sin embargo, el verdadero protagonista, tanto en el argumento como en lo musical, no es Pablo Neruda, sino el cartero, Mario. Y aquí Leonardo Capalbo estuvo estupendo, expresivo y bien de voz. Sinceramente, un gustazo. Y ese piano que soltó en el tercer acto consiguió poner los pelos de punta.
La protagonista femenina, Beatrice, fue Sylvia Schwartz (sí, es española). Me asustó al principio de la ópera, porque la orquesta se la come y no se le oyen los graves... pero al momento bajaron los decibelios, la chica se centró y... muy bien. Cuando subía daba gloria. Una soprano muy a tener en cuenta, y ya trabajará la zona baja.
Como Matilde, la mujer de Neruda, estuvo Cristina Gallardo-Domâs, luciendo saber estar, estilo de canto... pero con la voz que ya no es lo que fue ni por asomo. Aparte de un gallo que le deslució su no muy extenso papel.
Y la Donna Rosa fue Nancy Fabiola Herrera. Yo con esta mujer tengo mis más y mis menos. Tiene una presencia magnética y cada vez que sale a escena se come a todo lo que tiene a su lado. Y el timbre de voz da gusto oírlo: auténtica mezzo. Pero en cuanto tiene que subir el volumen o bajar al grave grave como que se apaga un poco. En definitiva bien, pero con matices.
El resto de secundarios notables en su papel: el amigo Giorgio, el político, el cura y el padre de Mario (muy bien).
La orquesta a cargo de Pablo Heras-Casado se dejó llevar por la melodía de la partitura. Cargó las tintas en decibelios en algunos momentos y bueno, como toda la función, a mí me sonó "bonita". Desde luego que intentó evitar la "planitud" de las orquestas de los musicales, lo cual es de agradecer.
Al final de la función, aplausos para todos, especialmente para Leonardo Capalbo, Sylvia Schwartz y orquesta.
Había leído críticas terribles del estreno. O todos han mejorado mucho o yo he rebajando mi nivel de exigencia o, lo más probable, haya muchos fastidiados por haber pagado la pasta gansa que cuestan los estrenos en Madrid y encima les falle la estrella.
Quizás no sea el broche de oro que toda temporada necesita, pero como ópera, Il Postino funciona perfectamente y tiene la entidad suficiente como para ser un muy satisfactorio espectáculo esté en él o no Plácido Domingo (Y Mortier ahí comiéndose las uñas, jajaja, pobre).
Daniel Catán
Il Postino
Teatro Real de Madrid
Jueves, 25 de julio de 2013
Leonardo Capalbo, Vicente Ombuena, Sylvia Schwartz, Cristina Gallardo-Domâs, Nancy Fabiola Herrera, Víctor Torres, Eduardo Santamaría, Federio Gallar, José Carlo Marino
Pablo Heras-Casado, Ron Daniels
¿Tú eres de Turbo o de Meyba?
viernes, 19 de julio de 2013
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Es el gran dilema del verano.
¿Tú de qué eres, de Turbo o de Meyba?
El Turbo era el traje de baño de la infancia: todos llevábamos la clásica braga náutica minúscula que tapaba lo imprescindible, de color fuerte con las bandas blancas a los lados. Con los dos cordelitos colgando.
El Meyba era el bañador de los papás, tipo "pantalón deporte", siempre azul "baby" de cuadritos y con bolsillitos hasta con cremallera para guardar monedas y llaves. Horroroso.
Pero llegó la adolescencia y comenzaron los problemas con el Turbo. Simple y llanamente, los pelos de los huevos se salían por la pernera (cuando no medio huevo directamente) y eso a las madres no les hacía ni pizca de gracia. Había que cambiar de estilo pero claro ¡cómo íbamos a ponernos esos horrores de padre!
Afortunadamente los 80 trajeron un espantoso frenesí colorístico en la ropa que, aunque no fue asumido por la población masculina hasta un par de lustros después (y sé de lo que me hablo, que el chico que no fuera de gris, marrón o azul era mariquita), sin embargo sí que caló en las tendencias veraniegas. Los trajes de baño se llenaron de palmeras, paramecios, más palmeras, flores, soles, más, más y más palmeras de todos los colores posibles. Y los largos de la pierna fueron alargándose desde el pantaloncito sportivo por debajo de la ingle hasta los "comodísimos" bañadores piratas que casi llegaban hasta los tobillos. Jamás tuve uno de esos.
Los Turbo estaban destinados a la desaparición. Llevar un fardahuevos era de hortera chulopiscinas o de mariconazo. Sólo se les permitía a los deportistas.
Hasta que llegó la explosión mariconística en la moda de mediados de los noventa. ¿Que yo me machaco todos los días en el gimnasio para taparme luego el muslamen con esos espantos? Ni hablar. Pero claro, yo ya no puedo llevar un Turbo, que es de niño famélico de los 70. No, ahora llevo Speedo.
Y con el rollo de los Speedo las marcas de ropa interior descubrieron un filón: Las maricas se creen que por llevar un calzoncillo Aussiebum o un traje de baño ES se les van a poner unos culos como los modelos que los anuncian. ¡Pues aprovechemos!
Y así todos los gayses del mundo mundial volvieron al modelo turbo. Excepto mi amigo Almatosa, claro, que sigue llevando bañadores de cuello vuelto, y mira que tiene cuerpazo el condenao.
Pero claro, ¿qué pasa con los maricas middleaged que ni tenemos cuerpazo ni nos acordamos ya de cuándo perdimos el tipo? ¿Qué nos ponemos?
Opción A: ¡Arriba las barrigas! El turbo fardahuevos sigue siendo una opción de "fuera complejos"
Opción B: Ya voy de daddy: Emulando a nuestros progenitores, el clásico Meyba con bolsillito monedero da un aspecto respetable y acorde a la edad de uno.
Opción B: Fantasía colorística a medio muslo, lo suficientemente amplio como para compensar orondeces.
Pues claramente....
Lo dejo en incógnita, pero sólo te digo una cosa:
¡¡¡AGUANTA CON LA MAMARRACHADA QUE ME ACABO DE COMPRAR!!!
Ah, lo del libro, ya está, ya está a la ventaaaaaaa -> ¡clic!
Un tipo con (mucha) chispa
jueves, 18 de julio de 2013
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Ayer por la tarde se presentó en la librería La Central de Madrid la novela gráfica el comic el tebeo, coño, el tebeo Un Tipo Con Chispa, de Diego Vera, aka Kekuli.
Presentación in extremis ya que Diego venía en Ave desde Barcelona subiendo mil cosas a Facebook con el móvil y quedándose sin batería, por lo que corría el riesgo de perderse a su llegada a la gran ciudad. Porque los trenes, en turista, NO tienen enchufes, y te pasa lo mismo que en el Orgullo, que ves cómo el porcentaje de batería que te queda va bajando, bajando hasta límites alarmantes. ¿Y dónde está el enchufe disponible para el viajero? ¡En el baño! Gracias al sacrificio de una sufriente señora (y la consiguiente explosión de su enagua), nuestro héroe consiguió recargar su diabólico iPhone, hablar con su contacto en Madrid y poder llegar a la presentación, fiuuuuuuu.
Un tipo con Chispa es un tebeo genial que cuenta la historia del niño Liborio Libb y su disfuncional entorno. Liborio es un chico que escucha a La Casa Azul y come piruletas. Muy happy todo... hasta que ocurre algo que le cambia la existencia. Conoceremos entonces a su encantadora madre, a su puestohastalastrancas hermano, al ogro de su padre, a su vecinita obsesionada con todo lo vaginal (Piluca Maini), a su peluche Conne Honey y... a Agus, un tipo con casco (que no voy a desvelar aquí quién es porque espoiloreo el libro).
Lo que podría ser la típica historia de pandilla de niños traviesos e ingeniosos (el odioso Disney Channel Style) cobra una dimensión psicotrópica y demenciada gracias al humor surrealista del autor, sus anotaciones al margen de los dibujos, las palabras que se inventa y, sobre todo, la personalidad que le sabe imprimir a cada uno de los personajes.
El dibujo también refleja esta esquizofrenia: es naïf, colorista, parece de niños... pero no, también es muy agresivo y potente.
Yo ya me he hecho FAN absoluto de Piluca Maini, y me quedo con ganas de una continuación con más protagonismo suyo... o de un spin-off. Es una pena que los periódicos ya no lleven tiras cómicas, porque estos personajes serían ideales para seguirlos si no día a día, semana a semana. Pero ya sabemos cómo está el panorama editorial, muchachas.
La presentación en La Central corrió a cargo de Josep Tomàs (síiiii, el que me ha escrito el prólogo para mi liiiiibro, pero ahora no es este el teeeeeema), que en vez de soltar el rollo y dejar que luego el autor largara el suyo, le hizo una entrevista que resultó muy amena, orange, airtel, vodafone y vomistar.
El Garito de La Central es una cava que hay en el sótano, y que yo creo que está muy poco promocionada, porque siempre que he ido o estaba cerrada o no había ni dios. El caso es que entre el ladrillo, la mesita de madera y los sillones de Parador Nacional que les pusieron, el acto tenía así un rollo "Juego de Tronos". Menos mal que Diego es un hombre de recursos y, ante la incomodidad, se sentó en el suelo a hacer la firma de ejemplares, rompiendo el protocolo, que diría escandalizada Ana Rosa (Ctrl+C, Ctrl+V).
Y es que Kekuli, aparte de un artistazo, es un cielo de hombre, no hay más que ver la dedicatoria que me escribió/dibujó en su libro.
Estooo.... ¿me estaba llamando putah? ¿eings?
Al terminar se suponía que venía tx a buscarme al putocentro de Madrid. Pero por una serie de esas coincidencias dignas de thriller acabé paseándome solito por Chueca en una agradable tarde que pronosticaba tormenta. Pero esa es otra historia que debe ser contada en otra ocasión.
Un Tipo Con Chispa está publicado por Ediciones La Cúpula. ---> ¡superclic!
Mi tx sigue siendo trekkie
viernes, 12 de julio de 2013
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Anoche fuimos a ver Star Trek: Into Darkness, que no tengo ni idea de por qué se llama así, que parece que se trata de una fiesta temática del Orgullo Gay. "En la oscuridad". ¿Qué oscuridad ni qué leches?
En fin, el caso es que la peli, de dos horas y cuarto (plus los ¡20 minutos! de publicidad), no está mal, pero se me hizo muy reiterativa. Y eso que la de hace 4 años me gustó (clic).
A ver, quien no la haya visto si quiere que no siga leyendo, no voy a soltar espóileres del argumento pero hay quien se siente frustrado cuando lee cosas de una peli que quiere ver.
Amoavé amoasuponé, ya sabemos desde la primera escena que la relación entre Kirk y Spock va a estar dominada por el clásico: "yo-soy-lógico" "yo-soy-impulsivo" "yo-no-cumplo-las-reglas" "yo-no-tengo-sentimientos". No es un spoiler, nos lo dejan clarísimo al principio de la peli. Pero... ¿era necesario repetir, repetir y repetir lo mismo durante todo el metraje de la película? Hastaloswebs.
Y luego está el asunto de que se trata de una película de acción y parece que hay una necesidad de meter persecuciones, peleas y momentos de tensión extrema escena tras escena. A los diez segundos de terminar una escena de alta tensión se origina otra. Matemático. Y oye, es un no parar, que uno se cansa. Sobre todo porque hay tanto metraje ocupado en acción pura y dura que la narrativa se resiente. El planeta Kronos aparece dos picosegundos, los klingon un minuto, las explicaciones que da el Khan se saldan en cuatro frases. Argumentalmente hablando no hay progresión, todo es lo mismo: explosiones, peleas, pimpampunes y malrollismo entre Kirk y Spock (que, por cierto, ya estaba en la primera película, así que sobra).
Resumiendo, es una peli amable, muy bien hecha, muy cuidada, muy entretenida... que se olvida a los dos minutos de salir del cine.
Y bueno, respecto a los actores Chris Pine sigue siendo escandalosamente guapo. Te puede gustar o no, pero guapo lo es un rato. Zachary Quinto pone la misma cara en todas las escenas (es su papel), pero tiene carisma. Y sale el Sherlock, que tiene un nombre muy raro. Y está muy bien.
Ah, meten a una rubia nueva en la tripulación, una copia descarada de ya sabes tú qué miniserie de amor y lujo.
Vamos, que se deja ver.
Y mi tx a la salida siguió contándome detalles de la serie de tv, de cómo tiene que evolucionar la saga, de blablabla. Que yo no soy trekkie, soy estarwasero, y ni eso, joder.
Hacer un Fajas.
jueves, 11 de julio de 2013
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A esto me refería yo con lo de "hacer un fajas"
(véase entrada en este blog del QTR, justo después del vídeo de Los Fresones Rebeldes).
Es decir, rebozarse a propósito contra el que pasa aprisionado detrás tuyo.
¿Y tú?
¿Te haces pajas o te haces un fajas?
Pruebas de impresión y fecha de salida
miércoles, 10 de julio de 2013
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El otro día me pasaron las pruebas de imprenta de mi libro:
No te puedes ni imaginar la emoción ver así algo que sólo hace un par de meses era esto:
Estoy guardando todo el proceso y sí, realmente es un parto.
Ayer me llegaba una noticia de un amigo que va a ser papá: decía que ya había plantado un árbol y que sólo le quedaba escribir el libro. Me hizo gracia, a mí me falta sólo lo del hijo.
(Recuerdo que también se decía lo de que hay que subir en globo y que te den por culo, de lo cual he hecho un 50%, para los interesados).
Ya hay fecha de salida a la venta:
La semana que viene, el viernes 19 de Julio, "¿Quién es Quién? Guía ilustrada del ambiente para gays desubicados" estará disponible en librerías, tanto generales como de comics. Me dice el editor que posiblemente en alguna tienda esté uno o dos días antes, depende de la distribución, pero la fecha oficial es dentro de 9 días. También se podrá comprar online en la página de Diábolo, con envíos también al extranjero. Tranqui, la semana que viene ya te daré la brasa. ¿Que estoy siendo muy pesado? Joer, dos entradas de blog en dos semanas, tampoco es tanto.
Pero a lo que vamos, lo más acojonante del todo.
La presentación, con discursito y firma de ejemplares, será el viernes 13 de septiembre, a las 19:15 horas en la Casa Del Libro de Gran Vía, 29, en Madrid.
O sea, me muero de vergüenza y de corte. No podía ser en un bareto de mala muerte o en una Berkana o similares, no. En la Casa Del Libro. Tienes que venir a arroparme, leches.
Yo por lo pronto voy a comprarme un boli rosa, fucsia o magenta. Además, después acudiremos a tomar un Happy Meal al prestigioso restaurante Chez MacDo y al terminar estoy gestionando dónde podemos ir de copas por ahí (para los que no puedan/quieran ir a las siete de la tarde).
Seguiremos informando, pero ve apuntándolo en la agendaaaaaaa.
Balance de Orgullo
lunes, 8 de julio de 2013
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Hoooola.
Aún estoy pseudoconvaleciente del Orgullo.
Sí, ya lo has leído en twitter: el domingo por la mañana me caí por las escaleras de casa.
Y te aseguro que borracha no estaba.
Las malditas chancletas resbalaron en un peldaño y fiuuuuu, plaf, con todo el tonelaje.
Nada grave: un moratón en el culo (que aún molesta según qué ejercicios esté realizando uno), un raspón en el codo (ídem, ah, se siente, tx, durante unos días no puedo hacer de pasiva) y el dedo pequeño del pie machacado, con un colorcillo granate intenso así entre necrosis y maquillaje de drag.
Las preguntas que lanzo al aire son las siguientes:
1 - ¿Se le puede llamar meñique al dedo pequeño del pie o sólo sirve para manos?
2 - Si en vez de chancletas de baratillo hubieran sido Havaianas de 30 €... ¿habría resbalado igual?
y 3 - No hay más preguntas, señoría.
Ahora tocaría poner todas las fotos que hemos sacado en este Orgullo, pero chica, si es que salvo a mis amigos y a mí no hice casi ninguna, porque lo del cambio de recorrido de la mani nos descolocó mucho.
Nosotros hicimos lo de todos los años: llegar a Retiro e ir andando todo Alfonso XII para ver las carrozas, los chulazos y las mamarrachas y luego ya ver un poquito de la cabalgata y largarnos.
Pero llegamos allí y ... huy qué poquitaaaaaas, ¿pero qué pasa, qué invento es esto? había pocas "carrozas"y... ¡estaban vacías! ¡A las seis de la tarde, si se suponía que era la hora a la que empezaba! Y nada, bajamos todo asustados hasta la estación de Atocha y allí vimos el bus de la felgtb y la cabecera de la manifestación... vacía. Ni Zerolos ni Botis ni Antonellis. Y poquísima gente. Ay qué miedo. ¿La marcha del Orgullo de la crisis?
Pero más tarde quedamos con unos amigos en el Botánico y ya nos tranquilizamos un poco: la gente se había acumulado en la plaza del Emperador Carlos V (Atocha, vamos) y en el paseo del Prado. Y allí estaban también los camiones/carroza de las fiestorras de después. Pues nada, a esperar.
Y lo de siempre, llegó la cabecera de la mani, pasó el bus oficial, empezaron a pasar las agrupaciones autonómicas y... espérate una hora, mari, porque como no se acordona (ni aunque sea con una cinta, ya ni hablo de vallas) el recorrido, el público va invadiendo la calle y el espacio para el desfile / marcha / manifestación / cabalgata / romería se ve reducido al mínimo, así que tardan un huevo en desfilar.
Cuando llevábamos ya más de una hora allí de plantón, y después de saludar a propios y extraños, dejamos a nuestros amigos allí y nos fuimos a casa de Almatosa a: relajarnos y descansar, darnos una duchita, CARGAR LOS MÓVILES y cenar. Ah, es lo que tiene tener amigos que viven en el putocentro.
Porque nos dijeron que después de que nos fuéramos, aún tardó la primera "carroza" casi una hora en llegar. Ya sé que no hay presupuesto y que los que cuidan el recorrido son voluntarios pero jodó, unas tiras de esas de plástico, que tampoco cuestan tanto, ¿no? Más que nada porque dentro de X años va a ser aquí el World Pride y hay que ir cogiendo tablas en el tema de organización. Métete tu en ella, me dirás. Ay hija, que es una crítica constructiva, leches, cómo te pones.
Por cierto, la parte del Palacio de Cibeles, blindada con vallas y policías, que no dejaban ni pasar a los peatones a las seis de la tarde. Pánico en Madrid.
Y por la noche fuimos a Chueca, por mucho que yo había dicho que este año ni de coña, que no que no que no. Pero chico, teníamos invitados en casa (autonómicas que se vienen a polígonos de extrarradio) y era su primer Orgullo así que... allá que fuimos.
Y mira, ¡se podía andar!
¿Por qué?
Pues porque POR FIN han eliminado el escenario de Pelayo con Augusto Figueroa.
Porque han quitado las barras de las calles.
Por una parte bien, porque de verdad a mí me parecía bastante peligroso e incómodo.
Por otra mal porque te obligan a meterte en los locales.
Y porque se fomenta el botellón.
Y porque se pierde la alegría de la música en la calle.
Pero ya sabemos que todo es una confabulación de la señora Botella para eliminar el Orgullo.
Es decir, ha sido un orgullo más soso, más descafeinado, más light, pero la diversión la pone uno mismo, ¿no?
Pues eso, lo dicho, que voy a ir recopilando por Facebook y otros blogs las fotos del domingo. Lo que ya no sé es si las pondré aquí, si tienes que estar ya aburrida de verlas. Aviso, varias de estas fotos, como la que sigue, son robadas a amigos y conocidos.
Para nosotros con invitados en casa, con cena de despedida de los amigos que se iban de vacaciones, y con tanto ir y venir como doña Anita este orgullo nos han parecido así como unas mininavidades. Si hasta hemos recogido y guardado hasta el año que viene la bandera como si de los adornos de navidad se tratara ¡Y qué bien nos lo hemos pasado, cojostio!
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