La mujer del viajero en el tiempo


Estoy más que aburrido de escuchar la radio por las mañanas en el coche.
Ah, ve en transporte público, me dirán. Vale, cámbiame los 15 minutos (con tráfico) por la hora y media que me lleva coger dos autobuses y andar 1 km. Los cojones.
Pues ponte música.
Sí, pero la acabo machacando y me acabo aburriendo también.
Pero es que lo de la radio por las mañanas es como lo de la tele por las tardes o los blogs a todas horas: está llena de tertulianos que saben de todo, que están en posesión de la verdad absoluta y ante una opinión distinta a la suya contestan sacando las garras.


Y como tampoco es plan que vaya cantando en el coche me he dado a un nuevo vicio: leer conduciendo. ¿Cómooooooooo? Pues muy fácil: tirando de los AUDIOLIBROS.

¿Aberración? No. Moderna que es una. Es una forma de cultura pasiva y yo, que siempre he defendido todo lo autoreverse en cuestión de sexo, como para no defenderlo a la hora de leer.


Es como si te fueran contando un cuento. Hay que prestarle la atención justa como para no distraerse en la conducción, entretiene bastante. Y, un dato: no soporto los audiolibros dramatizados, leídos por un actor famoso. No. Insoportables. Nunca he llegado a aguantar uno. Prefiero los narrados por la robótica y artificial voz de Jorge Loquendo (mira, hace unos días ha sido su santo y día del libro -por Cervantes y Shakespeare, que murieron el mismo día, nada de inventos mercantiles de señoras que sólo compran libros el día de San Jorge).

Así que si no encuentro el libro que quiero, lo que hago es conseguirlo en formato escrito y luego pasarlo a mp3 con TextAloud. Divido luego el mp3 en fragmentos de 6 minutos, los meto en un pincho de memoria (lo que las ilustradas vienen a llamar pendrive) y hala, al coche.

Lo que ocurre es que hay que elegir con cuidado qué se escucha. Tiene que ser lo suficientemente atrayente como para no perder comba pero también poco denso porque hay que estar a lo que se está, no vaya a tener un accidente por preocuparme por entender lo que escucho. Es decir: lo ideal para audioleer es... LOS NOVELONES PARA SEÑORAS.


Ya me escuché en su día "El tiempo entre costuras" (clic), y esta vez he elegido "La mujer del viajero en el tiempo". ¿Por qué? Pues por casualidad. Llegué a la autora, una tal Audrey Niffenegger (que a saber lo que significará) buscando datos sobre el cementerio de Highgate (clac). Resulta que la señora había sido guía de ese cementerio de joven (¿sería ella la que me lo enseñó hace 20 años? pelirroja era, desde luego) y había escrito una novela en la que el cementerio era casi un personaje más. El título era Una Inquietante Simetría y todas las reseñas y críticas de la novela la ponían a parir por absurda. Es decir, ideal para mí.
Pero no encontré la de la simetría por ningún lado, y sin embargo sí su novela anterior, que fue un best seller con todas las de la ley. Armado de Megaupload, TextAloud y Mp3DirectCut, me hice mi audiolibro en menos que el Tribunal Constitucional toma una decisión.


Y La Mujer Del Viajero En El Tiempo tiene todas las características y clichés de los NOVELONES PARA SEÑORAS (clic) pero además con un toque fantástico que la hace distinta y atractiva.

Tenemos a la chica, que por supuesto es una chica muy guay, una emprendedora realizada profesional y artísticamente con la que toda mujer querrá sentirse identificada, y que lleva una vida normal pero hay algo que la coloca en una situación límite: su marido viaja en el tiempo. Pero además no es que se meta en una máquina y tenga una aventura a lo Julio Verne, no, es que de repente está tan pancho y zas, desaparece y se traslada a otro lugar en otro tiempo sin comerlo ni beberlo.

Tranquila que no te estoy reventando nada: desde el título y la primera página sabes que el tal Henry aparece y desaparece al tuntún.

Y ése es el toque original y el leitmotiv de la novela: la paradoja de saber lo que va a ocurrir pero no poder hacer nada por cambiarlo, y la incapacidad de controlar los viajes en el tiempo. Según la autora, es una metáfora acerca de los fracasos de sus propias relaciones sentimentales.


Niffenegger usa tres trucos que le hacen la vida más fácil al escribir y le evitan quebraderos de cabeza estilísticos en su narrativa: capítulos cortos e inacabados que dejan a la imaginación del lector saber lo que ocurre después, saltos anacrónicos y narración en primera persona, en partida doble además: unas veces ella cuenta la historia, otras él.

Y sí, Audrey consigue meterte en el mundo de Clare y Henry y logra tanto momentos de humor como de profundidad, de plantearte el predeterminismo, la imposibilidad de controlar el libre albedrío. Hay cierta tensión bien dosificada, sexo (contado "para señoras") y mucho romanticismo. Excesivo quizás, y aquí la autora roza la ñoñería sensiblera en muchas ocasiones, pero es que el libro tiene más de 600 páginas, la tipa ésta se pasa un poco. Sobre todo cuando se pone pesadita y repite y repite los temas (el de la maternidad ya llega a cansar).

No creo que fuera un libro que aguantara leyéndolo en papel (o en el ebook) pero escuchado en dosis de 15 minutos ha estado bien. En total creo que fueron 14 horas. No está mal, ¿no?
¿Que si lo recomiendo? Pues no, para qué negarlo, a no ser que estés en uno de esos días del mes en los que te sientes muy mujer (y si no vacías la papelera del baño huele a ácido).


Y mira tú que me he enterado de que hicieron la versión cinematográfica de la Mujer del viajero en el tiempo, que se tituló The time traveller's wife pero que en España decidieron que se llamara Más allá del tiempo. Cosas.


Eric Bana es el atormentado Henry, sale desnudo menos de lo que debiera, y Rachel McAdams es... muy mona. Es un drama romántico en toda regla, y la verdad me gustaría saber la opinión de quien la haya visto sin leer (o escuchar) la novela, porque yo la veo así como muy incomprensible: va a toda leche. Vale que reducir un novelón a hora y media no es sencillo, pero yo creo que debe dejar perplejo a todo el que la vea. Por supuesto que pasa por encima de casi todos los personajes secundarios y muchos datos de la novela (sobre todo los relativos a los primeros años de los protagonistas), pero lo más llamativo es que la versión de cine prescinde de toda la carga sexual, que en la novela hay mucha. Insisto, no sé si funcionará. Me hizo mucha gracia una crítica de Filmaffinity de uno que decía que se sentía culpable porque le había gustado, que era como una comedia romántica típica pero con un toque de ciencia ficción.

No recuerdo haberla visto en cartelera, lo mismo aquí llegó directamente al DVD. O es una tv movie, que también puede ser. En fin, que fue un Descarga-Visión-Delete. Por supuesto que ni se me ocurrió ponérsela al tx, bastante tiene él con sus cuatro Madrid-Barça en un mes.


Si encuentro la de la simetría (que tiene una pinta horrible) me la audioleo, ¿ok?

.

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7 comentarios :

Anónimo dijo...

Pues no tenía ni idea de esta novela, al menos el argumento es de los más original, y en relación a la "técnica" no conocía la existencia de text aloud, yo he usado para algún experimento el vozme (como por ejemplo en el video donde una japonesa explica el significado de los ingredientes del gazpacho, una paja mental de las mías, que hice ante un reto bloguerístico, lo puedes ver aquí
Cuatro tomates y un funeral
)y si quieres flipar en colores, una amiga mía que se aburría, mucho pero mucho, yendo a su trabajo se descargó el rosario en mp3 para poder ir rezándolo por el camino....

Sufur dijo...

Cómo puedes aburrirte con la radio, con lo divertidísima que es la COsPE

starfighter dijo...

Prefiero la música toda la vida, aunque la machaque hasta reventar. Y si no, un zapping por quince cadenas (a minuto cada una), imposible de aburrirse.
La peli sí que llegó a estrenarse, juraría que el año pasado (creo, que mi memoria ya empieza a fallar).

Mocho dijo...

Lo del rosario es muy fuerte, digno de novelón para señoras.

No es mejor la SER que la COPE, beleve me, y ya si pasas a otras te mueres, la más sensata es RNE.

La peli es de 2009, starf, y sí, parece que se estrenó en Spain en cines en verano de 2010.

Eleuterio dijo...

Yo me bajo podcast a mi Ipod y dale que dale en la cinta de correr o el cross trainer del gimnasio. Por ejemplo, un programa de radio de humor que me hace morir de risa (y los caballeros musculados y las señoras se vuelven para ver quièn es el demente), programas de divulgaciòn cientìfica y uno particularmente insoportable llamado "Grandes voces" hecho por RTE5 de España donde un locutor presenta arias diciendo montañas enteras de lugares comunes sobre las òperas o equivpcàndose en lso datos...si vieras còmo le grito...

Otto Más dijo...

De las 1001 noches, unas 400 me las leyó Jorge Loquendo... Y también todos los Mosqueteros y todos los misterios de Sherlock Holmes... Anda que no me ha leído a mi cosas Jorge!

Erbitxin dijo...

Yo no podría escuchar un audiolibro de esos mientras conduzco. Como nos recuerdan los chistes feministas, los hombres, o por lo menos yo, somos monotarea.

Me dormiría al volante o dejaría de prestale atención a la carretera o al libro. Pero el piñazo estaría asegurado.

Un beso!!

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