Estrellitas Michelín

 
La semana pasada Madrid estaba vacía. Vamos, desolada. Todo el mundo se había ido de vacaciones o a las fiestas de su pueblo. Todo el mundo se vuelve vampiro, sólo se sale por la noche.

¿Y dónde está la animación a mediados de agosto? Pues en las fiestas de la Paloma, la guinda de las de San Cayetano que comenté hace un par de semanas y de las de San Lorenzo, a las que no he ido porque ya es demasiado chulapismo. Ir a las Fiestas de la Paloma supone saber que te vas a encontrar con una serie de amigos incondicionales que siempre están allí y ver que toooodo el mariconerío que queda en Madrid abandona Chueca por un par de días y se acerca a La Latina. Es tradición. El Orgullo Chico, vamos.



El viernes se estaba muy a gusto, pero el miércoles no se podía pasar por la calle Calatrava. Aquello lindaba con el agobio. Así que nos costó apalancarnos en un sitillo bien majo entre el Typical y La Bambola donde corría "una briznita" de viento a hacer como la familia real en el desfile del doce de octubre: saludar.



Porque nos hartamos de dar maribesos y de formar y deshacer grupúsculos de amigos. Lo de todos los años, vamos. Y mientras a ver cómo le explicas tú a un americano de origen exótico que el espantoso cuadro de la virgen que parece una monja es la excusa para la fiesta pero luego te pregunta por la otra fiesta de la virgen que hay en diciembre y entonces le dices que es la misma virgen pero distinta, y todo esto entre minis de limoná (aceptable, muy aguachinada en todos lados), de tinto de verano (bastante asquerosito dependiendo de la barra donde lo pidieras) y de cerveza (que se calienta en un minuto, pero al menos sabes que sale directamente del barril).



El caso es que entre jijijís jajajás amigos, amigos de amigos y amigos de amigos de amigos, tx y yo fuimos pululando y socializando entre varios grupos de gente.

Yo estaba ocupado tratando de mantener una conversación con tres personas que sólo hablaban inglés y al resto del grupo lo traté con mi habitual déficit de atención, me moví dentro de lo convencional: las cuatro frases chorras de rigor, el "qué barbaridad cuánta gente hay aquí", el "de dónde habéis sacado a ése" y el "fíjate tú qué poli más buenorro han puesto ahí". 


Y entonces.... cortarrollo. A alguien se le ocurrió decir que yo era Mocho el del blog y el libro y entonces se me pegó un tipo francamente "peculiar".

A ver, el niño era mono, estaba en los veintipocos, con unos ojos de esos de "te lo voy a comer todo", una barbita perfectamente perfilada y un cuerpo pasado de kilos pero que se adivinaba aún prieto, decorado con estratégicos tatuajes. Es decir, un cub encantado de estar rodeado de marimayoras que se lo comían con los ojos. Era un "estrellitas".




Ay, que le habían hablado mucho de mí y blablablá y tal y pascual. Y claro, para qué negarlo, que te doren la píldora sube el ego, y yo ahí poniendo la mejor de mis sonrisas... hasta que el chico decidió que tenía que hacerse el interesante.

Y entonces me dijo que él también colaboraba en un blog "de tendencias" y empezó a relacionar a todos los famosos del mundo de la cultura, el arte y la moda que conocía. Pero así, a relacionarlos, como si fuera un listado de ordenador. Y a hablar de las exclusivas fiestas privadas a las que asistía. Por supuesto, te puedes imaginar de quién decía ser amigo, ¿no?... ¡Bingo! de Alaska y Mario. Pero no amigo, no, sino íntimo.




Yo no sé qué esperaría que yo dijera, pero claro, a mí el mundo de la moda me interesa CERO y bueno, yo también una vez fui a una discoteca y había famosos, pero no por eso digo ya que somos íntimos. Entonces opté por mantener la sonrisa de "ok ok" y soltar frases del tipo "oh, ¿sí?", "vaya", "qué gracia, ¿no?", "aha"...

Después atacó con las redes sociales y poco menos que me pidió que lo añadiera a mi Instagram, porque tenía cuatrocientos y pico seguidores. Y miré su perfil. Ya tú sabes mi amol lo que me encontré: sopotocientas fotos de primer plano poniendo sonrisitas o carita de interesante, y detrás de cada una más de cincuenta corazoncitos de "me gusta" y una veintena de comentarios de "qué guapo eres".

- Huy qué poca cobertura hay aquí, solté, pasa como en el Orgullo, que las redes se colapsan. Ya lo miro mañana.


El caso es que no debió de hacerle mucha gracia, porque cambió de táctica. ¡Ya podría haber cambiado de interlocutor! Pero no, decidió abordarme por el lado pedante y se puso a sacar referencias culturaloides del tipo: "ah, ya, que te gusta la ópera, a mí es que me va más la música renacentista, es más pura", "y el jazz-fusión".

Casi me da algo, sólo le faltaba soltar lo del mestizaje. Con lo que yo ODIo lo del Valdés, el Cigala y esas cosas. Pero no era plan ponerse a hacer dramas en plena calle, y menos con un mini de limoná aguachiná en la mano.



La providencia vino en mi ayuda. Por los altavoces sonó la latinada más horripilante que te puedas echar a la cara. Ni la Gloria Esfínter, la Jenny Farlopa y el Pisbull juntos, vamos. Como espoleado por un resorte, me puse como loco a hacer unos pasitos coreografiados. Y el tx llegó en mi ayuda metiéndose en la conversación.

- No le hagas ni caso, es que es lo que baila en sus clases de zumba.

Y yo repuse: "Claro, que hay que bajar tonelaje", y me pegué una palmadita en la barriga.



Craso error, Mocho, porque no pude evitar que inmediatamente después mi mirada se posara durante un picosegundo en SU costado, tan resobado por el resto de amigos de amigos de amigos y evidentemente voluminoso, máxime para su edad. 

El caso es que me miró así como olisqueando para arriba, hizo un mohín mezcla de sonrisa y náusea y me lanzó un besito con los dedos para despedirse.




Conclusión: soy capaz de bailar algo similar a la salsa sin que se me caiga una gota de un mini de limoná de la mano.

Ay qué descanso joderaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaa.




13 comentarios :

MEG dijo...

Mocho, eres consciente de que te leerá, ¿verdad? Y que verá que has puesto que es un pesao, jajaja.

Eleuterio dijo...

Sos sumamente diplomático. Muy buena salida.
Prepárate para las mieles de la fama y para sufrir sus inconvenientes...je, je

Anónimo dijo...

Tendrás que incluir un nuevo especimen en la continuación de tu libro sobre tipologías homohumanas:

el fan tontolaba.

Unknown dijo...

Ya eres un auténtico famoso. ¿Pero tú crees que son maneras de tratar a tus fans? jajajajaja

Flanagan McPhee dijo...

Ya sé qué NO hacer cuando vaya a por mis dos maribesos en septiembre ^.^

Spidifen dijo...

No sufres peligro mientras tus fans no nos comportemos como las fans de la Nancy Anoréxica, que horror!

un-angel dijo...

Vengo desde casa del "Driver GT" a través de un post en el que recomendaba un libro tuyo y la verdad es que me lo he pasado estupendamente. Empecé aquí, me llegué hasta el nuevo invento para la "depilación íntima masculina" y me he quedado con ganas de más y también de leerme el libro, aunque me parece que en "provincias" va a ser dificil de encontrar...
...pues nada, que ya tienes otro fan, espero no tan jodío de aguantar como el de la verbena de la Paloma, jaja.
Mira, llegaba con bajona y al final me voy con una sonrisa a currar...
Un saludo, salao.

Ros dijo...

ayayayayay, él que era tan súper guay y tú que no le hiciste caso!!!! sabes que ahora hablará fatal fatal de ti no??? en fin, a otra cosa, que las modellllnas son muy cansinas.

Sufur dijo...

Eso te pasa por famOSA y por VIPerina, reina. Otra táctica que te habría funcionado habría sido rociarte de aceite de hígado de bacalao, pero lo de las coreografías tampoco está mal

Mocho dijo...

¡¡¡ Pero si yo soy un angelito !!!

Besos al un-angel, que es nuevo :)

DiegoC dijo...

Estoy yo pensando que....si estuvo entre La Bámbola y el Typical el miércoles,debió estar a mi lado,más o menos....¿le suena haber visto a un mamarracho con un trapo blanco a modo de pañuelo y unos claveles puestos con pinzas en el no-flequillo?Pues era yo.

Anónimo dijo...

Si tan plasta te resulté, me lo podías haber dicho a las claras y no fingir que te interesaba mi conversación, que no tengo telepatía para adivinar lo que piensas de mí. Y gracias por ponerme a caer de un burro en un blog público, muy elegante, sí señor!





PD: es coña Mochuelo, no he podido evitarlo :)

Mocho dijo...

jajajajaja, sois totales. Y tranquis, que todo está BASTANTE novelado.

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