Tales Of The City - Historias de San Francisco




El próximo 7 de junio Netflix estrenará la serie Historias de San Francisco (Tales of the City), un revival de las tres miniseries que se hicieron en 1993, 1998 y 2001 basadas en las novelas de Armistead Maupin.

No sé si la harán en plan Star Trek Discovery, con un capítulo semanal durante diez semanas, o La Casa De Las Flores, con todo de golpe y hala, hazte una maratón.



De Historias de San Francisco ya he hablado por lo menos un par de veces en este blog.
Armistead Maupin fue contratado en 1976 por el periódico San Francisco Chronicle para escribir una sección diaria de lunes a viernes en la que narraba la vida cotidiana de la ciudad a través de un grupo de personajes cuyas historias se iban entrelazando.

1976. San Francisco.
Época post-hippy
Boom de la música disco.
Liberación sexual gay.
Y, sobre todo...

ÉPOCA PRE-SIDA

La columna de Maupin se convirtió en eso que los locutores cursis de radio llaman "tomar el pulso a la ciudad", pues al ser diaria iba mezclando la historia de sus personajes de ficción con la actualidad real. Está llena de referencias a personajes y situaciones del momento.


La historia comienza con la llegada a San Francisco de una paletilla chica del interior, Mary Ann Singleton, que alquila un apartamento en el bloque regentado por la excéntrica Anna Madrigal, teniendo como vecinos a Michael (Mouse), un gay algo ingenuo, Mona, una hippy pasadísima de vueltas y Brian, un mujeriego. Cada uno tiene sus aventuras, que se van entremezclando con las de los otros gracias a coincidencias bastante inverosímiles, incluyendo hasta una pequeña historia de misterio, para terminar con un final emocionante y revelador.

El editor del Chronicle le puso como imposición a Maupin que la proporción de personajes heteros fuera superior a la de gays, porque se trataba de un periódico dirigido a un público familiar tradicional. Armistead así lo hizo, pero las historias se fuerno liando tanto unas con otras que, aunque los personajes fueran heteros, todo era al final tremendamente gay.
Por supuesto que la sección de Cartas al director se llenó de mensajes de gente ofendidísima por los Tales Of The City, ya que lo que Maupin pone en manifiesto es la importancia de la familia lógica frente a la biológica. La popularidad fue tan en aumento que se convirtió en una sección de culto. Hoy hace 43 años (glups) de su primera publicación.

En 1978 estas columnas se recopilaron en un libro, titulado como la sección del periódico, Tales Of The City, al que siguieron More Tales Of The City y Further Tales Of The City. En España se editaron en la colección Contraseñas de la editorial Anagrama bajo los títulos de Historias de San Francisco, Más historias de San Francisco y Nuevas Historias de San Francisco. Los tres libros están actualmente descatalogados.



Maupin siguió con sus personajes en varios libros más, hasta 9, publicados a lo largo de más de dos décadas. Ninguno de estos se ha traducido al español ni editado en España, que yo sepa.

La cadena inglesa Channel 4, en colaboración con la PBS americana, hizo en 1993 una producción televisiva de 6 episodios con el primer libro. El resultado fue una miniserie deliciosa, que capta perfectamente la esencia de esa época tan libre y liberadora, y con un reparto excepcional encabezado por una perfecta Laura Linney acompañada por Olympia Dukakis, que es una señora que nunca me había caído muy bien en el cine (siempre hace papeles de tía que se las sabe todas), pero que aquí encarna la dulzura y el misterio de la señora Madrigal. Y si después de ver la serie te ves los extras o entrevistas de cómo preparó su papel, te quitas el sombrero, la bragafaja y lo que haga falta ante la maestría de la Dukakis.



La miniserie fue un éxito rotundo, alcanzando las mayores cotas de audiencia en su emisión en Estados Unidos. Pero a la par de su emisión salieron, cómo no, las voces en contra. 

Una de las mayores bazas de la serie era su total naturalidad ante ciertos temas escabrosos. Si alguien se toma una pastilla antes de ir al trabajo porque está estresado, se la toma, y punto, y el mayor problema no es que se la tome, sino dónde narices la había guardado. Dos hombres se dan un beso por la calle. Y ya. No se preocupan por si alguien los está mirando o no. Y si han follado por la noche lo normal es que a la mañana siguiente se levanten los dos de la cama desnudos. ¡No como Carrie Bradshaw y su eterno sujetador negro! O el asunto del racismo, que es tomado de una manera francamente cómica.


Pero estamos ya en 1993, Bush padre acaba de salir del poder, el sida sigue matando inmisericorde porque aún no han llegado los cócteles de medicamentos,  Bush padre acaba de terminar su mandato, con el consiguiente auge de una de las múltiples olas de neoconservadurismo que azotan los EEUU... La American Family Association, algo así como los Vox de allá, acusó a la serie de progay, antirreligiosa, prodrogas y esa cosa que llaman lo de la agenda gay... y mil cosas más, claro. Y como se emitía en una cadena que recibía fondos públicos, comenzó una campaña de "¿dónde van mis impuestos?" EL presidente de esa rancia asociación mandó  a todos los congresistas de Estados Unidos un vídeo de 12 minutos recopilando todos los momentos inmorales de la serie. Una joya, me encantaría que apareciera en Youtube. Hubo quejas en todo el país, prohibiciones de emisión en algunos estados y hasta amenazas de bomba. Y la PBS, que tenía ya preparada la continuación con More Tales Of The City, la canceló y se olvidó del tema.



ShowTime (¿recuerdas? Los del Queer As Folk versión culebrón americano) recuperó años después los Tales y lanzó en 1998 More Tales Of The City, otra miniserie de 6 episodios que conserva sólo algunos de los actores principales (menos mal que siguen Mary Ann, Anna Madrigal, DeDe y el Dr Fielding). More Tales es una digna continuación pero carece del encanto de la primera. Y, sobre todo, la trama de intriga tiene interés CERO. Vamos, que sólo se deja ver por el buen culo que nos muestra de vez en cuando el personaje de Burke. Eso sí, tiene uno de los momentos más absolutamente entrañables de la serie en la carta de salida del armario que, desde el hospital, uno de los personajes envía a su madre. 
¡Ojo, el siguiente vídeo es casi casi SPOILER! 

No lo veas si no quieres.

Que no lo veas, joder.



Esa carta fue la auténtica salida del armario de Armistead Maupin para con sus padres, escrita en el periódico a través de uno de sus personajes, y es totalmente conmovedora. Nuevamente, realidad, actualidad y ficción se mezclaban.

En 2001 ShowTime produjo la tercera serie, Further Tales Of The City. Esta vez sólo 3 episodios de una hora, con una rocambolesca historia principal que lo acapara casi todo y con un final feliz, agridulce y con una escena, en la que aparece un chupetón en el cuello de alguien, que vaticina el final de una época feliz y sexualmente desprecoupada y el principio de otra mucho más oscura.



Hasta aquí la parte televisiva de Tales Of The City. Ni que decir tiene que en Spain ni hemos olido estas miniseries, aunque me escama que Further tenga traducción en Filmaffinity como "Vecinos Peculiares". ¿Se habrá editado directamente en dvd? No conozco las 6 novelas no publicadas en castellano porque, sinceramente, aunque me manejo medianamente, me cuesta leer narrativa en inglés. Pero me he leído las sinopsis y sé lo que ha sido de los personajes a lo largo de los siguientes 20 años.



Y ahora, Netflix nos trae una continuación muuuchos años después, con la baza segura de Laura Linney haciendo de una Mary Ann madura que vuelve a San Francisco y se reencuentra con una Señora Madrigal ya anciana que sigue siendo la Dukakis. Barbara Garrick vuelve a ser DeDe y regresa el Brian de los primeros Tales, Paul Gross. También tiene un papel muy relevante Murray Bartlett, el Dominic de Looking de HBO. Como sorpresa, se anuncia un papel para... ¡Molly Ringwald! Expectante estoy. Oh, sí, oh, no, también está la espesa de Ellen Page.



Actualmente tienes en Netflix (y en tus plataformas de pirateo favoritas) un documental de hora y media titulado The Untold Tales Of Armistead Maupin en el que se cuenta toda la historia de estas novelas y adaptaciones televisivas y que es interesantísimo... si has las has leído o visto. Si no, te recomendaría que no lo vieras porque destripa muchas, muchas cosas.

Las series y novelas antiguas están disponibles en inglés (con subtítulos) donde ya tu sabes, corazón, aunque sería recomendable que con tanta plataforma televisiva y tanta app las volvieran a relanzar. Yo he distribuido los ripeos de los dvd a mis amigos via Mega o DropBox, pero vamos, que seguro que tú ya sabes agenciártelas.

Será por nostalgia, será porque es una serie con la que he pasado mucho tiempo, será porque hasta colaboré en la traducción de subtítulos en aquellas webs que emergían a principios de este siglo (¡¡¡sí, colgué los enlaces de emule en Geocities!!!), será porque la primera de las novelas me trae muchos recuerdos por quiénes me la recomendaron (dos exproyectos de novio que nunca llegaron a cuajar pero que se quedan grabados en la historia de un gay madrileño veinteañero y bastante ingenuo también en su época -¿un Mouse cualquiera?-. Oye, y que los sigo teniendo de amigos, qué coño), será por lo que sea, que aunque luego la nueva serie sea una puta mierda y acabe decepcionado, no tengo más remedio que recomendar en este blog que veas Historias de San Francisco, en Netflix.


Y porque todos hemos sido alguna vez en la vida un poco Mary Ann Singleton.
Y un poco Michael Mouse Tolliver.
Y el que no lo ha sido es porque es una lista revenía o una amargá retorcía.
Coño.

5 comentarios :

un-angel dijo...

Ainssss pues entonces habrá que decidirse a echarle un vistazo...sobre todo me han gustado los argumentos finales que has dado para verla, que bonito Mochis, y es que es verdad que de pardillos y/o ingenuos hemos pecado todos en algún momento. Que pena que los libros estén descatalogados porque si, soy de esos pelmas que si hay libro y serie o peli, me gusta leerme primero el libro (sin entrar en cual es mejor, nada más son manías mías).
Pues gracias por la recomendación Mochuelin, un besete.

Daviz dijo...

Tales (que si te descuidas se pronuncia igual que tails), la nueva versión, está genial. O a mí, al menos, me ha encantado. Y si te ves las antiguas te das una bofetada por cómo hemos reculado en libertad en solo 30 años.

Amo a Anna Madrigal. Igual soy una señora nonagenaria y ni lo sabía!

Unknown dijo...

Yo tengo 36, en mi infancia busqué mucha temática Gay.. y descubro Tales este año en Netflix!! me enganché! me encantan los personajes, como evolucionan, la casa.. Que nostalgia!! Gracias por el post; lo encontré googleando "chupeton Tales of the city".. no digo más :)

Manu dijo...

Hola. Vengo buscando los subtítulos de "More tales of the city" y "Further tales of the city" por todos lados y no encuentro.
Esas 2 series no están en Netflix por fuera de España, solo habilitaron la primera y la última.

Por suerte están subidos a youtube, pero sin subs...
¿Sabes dónde pueden conseguirse?
Gracias!

Luis Antonio dijo...

Hola, quien pudiera suministrar los subtítulos de More Tales of the city y Further Tales of the city? No los he encontrado por más que he buscado. Gracias de antemano.

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