Tal como conté hace un par de semanas aquí, hoy llega a las pantallas españolas la película Into the Woods, dirigida por Rob Marshall y producida por Disney.
Para evitar follones de copyright, todas las imágenes de esta entrada son, por supuesto, propiedad de Disney y están enlazadas, ninguna está alojada en este blog, ¿ehhhh?
Into The Woods es la adaptación de un musical para teatro al cine, y eso es tarea peliaguda. Porque se puede hacer de manera reguleras (el Sweeney Todd pasado por el pasapuré de Tim Burton), decente (recordemos en casos recientes Les Misérables), estupenda (el mismo Rob Marshall, con Chicago) o cagarla estrepitosamente (el bodrio de El Fantasma de la Ópera o Nine, también de Marshall).
Para mi gusto, para que cualquier película funcione tiene que tener entidad por sí misma y no en referencia o comparación a la obra que la inspira, ya sea un libro, una obra de teatro u otra película.
Sí, me repito, me repito mucho, siempre lo he dicho: de nada me sirve salir disgustado del cine y que me suelten "es que tendrías que haber leído la novela (o, lo que es peor, el comic)". Y no nos vamos a poner a hablar del tostón de los anillos OTRA VEZ, ¿verdaaad?
¿Qué le pasaba a "El Fantasma de la Ópera" de 2004? Pues que era TAL CALCO del musical de teatro que como película resultaba aburrida, falta de ritmo, pomposa y artificial. Un auténtico coñazo.
Con Into The Woods había mucho riesgo, pero mira, Marshall ha sabido sacarlo adelante. La película tiene una narración ágil, sabe saltar de unos personajes a otros, mantiene el ritmo y la tensión y francamente en las dos horas que dura no se hace larga. Eso sí, para quien le gusten los musicales, que a quien no le gusten puede pasarlas putas.
La atmósfera creada me pareció excesivamente sombría, todo parece gris o verde oscuro. Es una forma de verlo. No me gustan las pelis en las que todo pasa de noche. Pero también es la manera de crear el ambiente tenebroso de un bosque. El protagonista principal de la película es el bosque, y los personajes de cuentos de hadas que en él se adentran no pueden dominarlo.
La frase publicitaria es "cuidado con lo que deseas". Y tiene razón: todos los personajes desean algo que no tienen al principio de la película, y se adentran en el bosque para conseguirlo. Pero ojo, puede que una vez conseguido no les satisfaga, o las acciones que hayan hecho para conseguirlo tengan consecuencias imprevisibles. Cenicienta quiere ir a la fiesta, Jack quiere vender su vaca, los panaderos quieren un hijo, Caperucita... ¿Qué coño quiere Caperucita?
Me imagino al responsable de Disney, que ya estaba imaginando una cursilada tipo Frozen, aterrorizado cuando leyó el guión. ¿Pero esto qué es??? Si es la mar de amoral. ¿Y que se muere quiénnn? ¿Y este final? ¿De qué va? En efecto, Into The Woods no es un musical al uso, ni en el terreno musical ni, por supuesto, en el argumental, y muchos se quedarán a cuadros al verlo.
Las críticas de usuarios de imdb son de troncharse: "¡Yo había llevado a mis hijos a ver una película Disney! ¿Esto qué es?"

Los intérpretes están todos correctos. No puedo decir que estén mal, pero ninguno tiene un brillo especial. Y aquí entraría directo a la comparación con el musical, pero voy a intentar no hacerlo. Todos se esfuerzan, cantan, le ponen intención, pero ay, les falta chispa. A Meryl Streep le fanta un punto de locura, aunque su clase se nota. A Emily Blunt carisma (ella es la verdadera protagonista de la historia). Anna Kendrick es una Cenicienta un poco sosa. James Corden hará las delicias de los habituales del Fraguel Pop. Lilla Crawford es una caperucita algo antipática, Daniel Huttlestone repite Gavroche... Que sí, que en global están todos bastante bien, pero queda todo muy homogéneo. Y es que aquí es donde voy a acabar después: no es que esta película sea homogénea, es que parece que está homogeneizada y pasteurizada.

Los que más llaman la atención: Johnny Depp haciendo un numerito muy a su estilo (que a mí no me gusta nada, pero bueno, hay que reconocerle que marca personalidad), Christine Baranski en un papel bombón y Chris Pine, que con su cara de tío jeta da el príncipe perfecto. Me dejo para el final a Tracey Ullman, que hace una madre excesivamente malhumorada, pero a la que tengo desde siempre un especial cariño por su canción Breakaway de 1983:
En definitiva: una producción correcta, un reparto homogéneo y una dirección ágil hacen de Into The Woods una película notable. No maravillosa, pero que puede gustar no sólo a aficionados al género. Apta para público "familiar" aunque las mentalidades "familiares" se queden a cuadros al verla.
Que la vayas a ver, vamos.
Y ahora...
tachannnnn
Es que no me puedo aguantar, joer.
¡La comparación con el musical!
¡AAAAAAAAAAAAAAAHHHHHHHHHHHHHHH!
Tal como ha dicho el propio Stepehn Sondheim, la película es una muy digna y honrada adaptación de su obra teatral. De eso no hay duda.
Mucho se habló antes de su estreno en los USA de los cambios que Disney había forzado a hacer en el guión. Sondheim ha declarado que todos los cambios fueron autorizados por él mismo.
Y es que, en efecto, el argumento es casi casi igual.
¿Que si se han quitado o se han añadido cosas?
Pues sí. Alguna canción ha desaparecido, como la despedida de Jack a su vaca, las medianoches, un encuentro de Rapunzel y la bruja, alguna repetición o el concertante del final del primer acto (muy bien resuelto en la película, por cierto, sin que parezca que haya un parón). Pero vamos, nada esencial.
Pero sin embargo la obra teatral y la película son radicalmente diferentes.
¿Por qué?
Porque
en la versión cinematográfica se ha "suavizado" todo: la manera de
actuar, de cantar, los personajes, las acciones... todo está tratatado
de una manera mucho más amable, se han suprimido los instantes más "perturbadores". Es a lo que me refiero con "homogeneizada" (como la leche).
Porque en el argumento tampoco es que haya muchas diferencias: desaparece el narrador (con lo cual desaparece un momento divertidísimo del segundo acto,vaya) y los cambios esenciales se refieren a Rapunzel, que es un personaje totalmente secuendario. Sin embargo todo está suavizado: la bruja no es tan histérica, Caperucita es insoportable pero no tan descarada, su encuentro con el lobo es muy light, el de la panadera y el príncipe se queda en un "wtf" y... (léelo si quieres, pero tendrás que pasar el cursor por encima mientras aprietas el ratón, que no quiero poner spoilers): "desaparece cualquier alusión a gemelos nacidos en el desierto, Blancanieves o Bellas Durmientes". Si lo lees en un feed, te jodes.
Es decir, sin llegar a pasarse por la licuadora Disney (el horror megacursi de Frozen, por ejemplo), se ha dulcificado el tono en toda la obra. Con lo cual sigue siendo fiel en contenido, pero el continente se ha "malenizado".
Para la edición en dvd se anuncian extras eliminados, como una canción nueva escrita para Meryl Streep (la típica para concurrir a los Óscar, vamos). Sondheim le envío a Meryl la canción y apuntó a mano: ¡No la jodas!
Mi opinión es que tanto la obra de teatro como la película son buenas y se complementan bien, no es necesario conocer una para apreciar la otra pero haber visto las dos ofrece una perspectiva muy interesante.
Y ahora vas y se lo cuentas a tu prima, que fue la que nos animó.
Y el tráiler (buuu buuuu) te lo ves aquí