Imágenes de Fituresas

 

Tradicionalmente, cada año este blog dedicaba una entrada -con poema incluido- a las fituresas, esos especímenes que llegan en tromba a Madrid durante la Feria de Turismo (aka FITUR) y de paso por la noche y en fin de semana abarrotan nuestros locales gays, bares de ambiente, saunas, sexclubs... En ninguna otra época del año (ni en Cibeles, que son unas remilgadas) los hoteles de la capital sufren tanta entrada y salida de hombres en tiempo récord (vete rápido que el próximo polvo me llega en 10 minutos, reina).

Pero ya no.
Desde que enemisté con el mundo fitureso por la jugarreta que le hicieron a un buen amigo mío, no merece promoción ni poema.

Sin embargo esta mañana Tx me ha soltado un "wasap":

"Mira lo que sale en Google Imágenes si pones "Fituresas":




Jajajaja, ¡Tela!
¡Si sale hasta Annika!

Y eso con el blog aún con el cartel de advertencia.

Hala.

Buen finde a todos.



¿Qué pasa? ¿Que no puedo hacer una entrada de autoego?
¡Regollons!


¡Avalancha de mariseries!


¿Pe Pe Pero qué paaaasaaaa?

Avalancha de series gays en tv e internet.

1. Looking

 
Ya salió el año pasado, una serie de 8 episodios de media hora de duración cada uno, centrada en la vida de tres amigos gays, Patrick, Agustín y Dom, en el San Francisco de hoy en día.


Looking al principio puede parecer muy desesperante porque no ocurre mucho que digamos, pero aparte de que sí que pasan cosillas (hay que ser pacientes, nena), refleja de manera bastante realista la manera de actuar de sus protagonistas: el pavisoso, el artista y el de la crisis de los cuarenta.


¿Qué tiene de bueno? Que no es maniquea y se aleja del drama culebronero de lo que fue la Queer As Folk americana, por ejemplo. Los personajes hacen cosas como las hacen las personas normales, unas están bien vistas y otras no. Y no por ello tienen dilemas morales megatraumáticos.

¿Qué tiene de malo? Que amenaza con afolletinearse y que deja con ganas de más.

Looking ha empezado su segunda temporada, cuyo primer episodio me ha encantado. No es difícil encontrarla con subtítulos en español.


2.3. y 4. Pepino, Plátano y Tofu.


O sea, Cucumber, Banana & Tofu
¿Eeeeeeehhh?
Tres en uno.
Según un estudio de una prestigiosa universidad suíza (las universidades siempre son prestigiosas cuando lanzan estudios), hay cuatro tipos de erecciones en los hombres dependiendo de su dureza: el tofu, el plátano pelado, el plátano y, por fin, el pepino.



Pepino y Plátano son dos series inglesas. Pepino aborda a un gay de 46 años (que aparenta más, te lo digo yo que ya los he pasado), su relación de pareja y su vida tras una noche desastrosa. Plátano se centra en la ajetreada vida de un chico mucho más joven. Que si el Grindr, el alquiler, el Grindr, el trabajo, el Grindr...

Y finalmente Tofu es un documental sobre la sexualidad en la Inglaterra de 2015.



¿Por qué me llama la atención?
Porque están escritas por Russell T Davies, el autor de la Queer as Folk original, la buena, la inglesa, así que hay que echarles un vistazo.

De momento Pepino y Plátano (el documental aún no lo he encontrado) me han hecho bastante mucha gracia en sus comienzos. Incluso se entrelazan intercambiando personajes. Veamos en qué derivan. Sí, también se encuentran con facilidad los subtítulos.

Editando: una vez vistos los primeros capítulos, Cucumber y Banana se complementan y hay que verlas las dos a la vez. Me estoy partiendo.
5. G&T



Esta es una webserie, o sea, a verla vía Youtube. Y es.... ¡italiana!

Con lo cual olvídate de San Francisco o Manchester... aquí estamos en lo de siempre: nuestra querida moral juedocristianacastrante de los cojones: vidas dobles, escudarse en el alcohol tras besarse con otro, sentimientos de culpa... eso tan de mariquita torturada que en este país (y en Italia) siempre nos ha encantado. Muy años ochenta.



Pero tiene su punto. Va por la segunda temporada también.
Y los youtube tienen subtítulos en español, así que sin problemas con la Ley Sinde-Wert.



y finalmente... 6. McTucky Fried High



Frikada al canto.
Miniwebserie de dibujos animados (horrendos ellos) acerca de un instituto de comida rápida en el que las patatas fritas han salido del armario y el perrito caliente alberga dudas. Pero cuidado con el cacahuete justiciero o la perfidísima cono de vainilla.



Una mezcla de Monster High, High School Musical y Glee.
Muy tremendo.



Esta vez por el momento la tienes que ver con los subtítulos en inglés.



¡Hala!
Pues ya tienes para perder el tiempo, ¿no?
Tienes de sobra para saciar tu ansiedad LGTB. O sea, la GLTBRQTQR que digo yo.
Que no se diga que un blog  que se hace denominar "gay" va a traer sólo canciones petardas, musicales e historias de bares de ambiente ocurridas el fin de semana anterior.

Ah, que no he contado nada del finde, ¿no?
Uffffffffff.


Strano mondo di tanti nomi

 
Empiezo la semana con una de mis canciones favoritas que he sido absolutamente incapaz de encontrar en Internet.

Strano mondo di tanti nomi, del grupo alemán Die Moulinettes, recogida en su cd ALFA BRAVO CHARLIE del año 2001.

Die Moulinettes fueron un grupo de pop melódico con reminiscencias retro, que basaban su encanto en la suave voz de su vocalista Claudia Kaiser y las delicadas armonías vocales de sus acompañantes cantando estilos muy tradicionales. Sus discos son como un viaje. Alfa Bravo Charlie te transporta desde Italia hasta Brasil a través de canzone italiana clásica, bossa, samba... Todo muy dulce, muy parabaraba, de tomar un cóctel en una colchoneta en la piscina bajo una pamela de un metro de diámetro. Pueden recordar a veces a los Pink Martini (un grupo que a mí me aburre sobremanera). Las Molinetes son una versión mucho más chic y sin tanta pretensión. Se disolvieron en 2007, creo (tampoco me hagas mucho caso).

 
Nada, que no veía la canción por ningún lado, que venga buscar y venga buscar y todo lo que encontraba era el remix hecho por mis odiados Stereo Total. Y en Spotify sólo hay un recopilatorio que no la traía.

Así que me he liado la manta a la cabeza y me he dedicado a buscar el cd en el mueble. ¡Arrggg! ¿Tú sabes lo que es eso? Que cuando hice la mudanza los cedés vinieron en cajas y se desordenaron todos, y ahora están en una Billy de Ikea en dos filas, y si te toca buscar un cd que esté en la de atrás lo llevas claro, Puri. Que tengo como 3000.


Además, ¡un cd! ¡Soporte físico! ¡En 2015!
Pero nada, tras tres pasadas y gracias a mi memoria visual (recordaba el color del lomo del disco y que era un digipack de cartón)... ¡lo encontré!
Alfa Bravo Charlie me ha acompañado este fin de semana en mis tareas domésticas y, sinceramente, me he sentido como un invitado a la película El Guateque (The Party) de Blake Edwards (la de Peter Sellers), pero sin que la música sea de Mancini.

Que me estoy liando, pero yo me entiendo.


El caso es que para quien quiera conocer a Die Moulinettes (y se lo dedico especialmente a un ángel que yo me sé), el enlace en Spotify está aquí. Y una playlist de 3 vídeos uno tras otro, aquí.
¿Alguien se acuerda de la serie de dibujos animados del Señor Rossi?
No digo más.

Para terminar, he aquí el vídeo ¡por fin! de Strano mondo di tanti nomi.
Ahora sólo falta que un alma caritativa que sepa italiano algún día cuelge la letra.


Qué entrada de blog más neutra, sosa y sin interés he puesto ¿eh?
Pero mira, creo que es ideal para empezar el último lunes de enero.

Ahhhhh.
Venga, el chulo.


Ahora sí, hoy llega Into The Woods a los cines


Tal como conté hace un par de semanas aquí, hoy llega a las pantallas españolas la película Into the Woods, dirigida por Rob Marshall y producida por Disney.

Para evitar follones de copyright, todas las imágenes de esta entrada son, por supuesto, propiedad de Disney y están enlazadas, ninguna está alojada en este blog, ¿ehhhh?

Into The Woods es la adaptación de un musical para teatro al cine, y eso es tarea peliaguda. Porque se puede hacer de manera reguleras (el Sweeney Todd pasado por el pasapuré de Tim Burton), decente (recordemos en casos recientes Les Misérables), estupenda (el mismo Rob Marshall, con Chicago) o cagarla estrepitosamente (el bodrio de El Fantasma de la Ópera o Nine, también de Marshall).


Para mi gusto, para que cualquier película funcione tiene que tener entidad por sí misma y no en referencia o comparación a la obra que la inspira, ya sea un libro, una obra de teatro u otra película. 

Sí, me repito, me repito mucho, siempre lo he dicho: de nada me sirve salir disgustado del cine y que me suelten "es que tendrías que haber leído la novela (o, lo que es peor, el comic)". Y no nos vamos a poner a hablar del tostón de los anillos OTRA VEZ, ¿verdaaad?

¿Qué le pasaba a "El Fantasma de la Ópera" de 2004? Pues que era TAL CALCO del musical de teatro que como película resultaba aburrida, falta de ritmo, pomposa y artificial. Un auténtico coñazo. 


Con Into The Woods había mucho riesgo, pero mira, Marshall ha sabido sacarlo adelante. La película tiene una narración ágil, sabe saltar de unos personajes a otros, mantiene el ritmo y la tensión y francamente en las dos horas que dura no se hace larga. Eso sí, para quien le gusten los musicales, que a quien no le gusten puede pasarlas putas.

La atmósfera creada me pareció excesivamente sombría, todo parece gris o verde oscuro. Es una forma de verlo. No me gustan las pelis en las que todo pasa de noche. Pero también es la manera de crear el ambiente tenebroso de un bosque. El protagonista principal de la película es el bosque, y los personajes de cuentos de hadas que en él se adentran no pueden dominarlo.


La frase publicitaria es "cuidado con lo que deseas". Y tiene razón: todos los personajes desean algo que no tienen al principio de la película, y se adentran en el bosque para conseguirlo. Pero ojo, puede que una vez conseguido no les satisfaga, o las acciones que hayan hecho para conseguirlo tengan consecuencias imprevisibles. Cenicienta quiere ir a la fiesta, Jack quiere vender su vaca, los panaderos quieren un hijo, Caperucita... ¿Qué coño quiere Caperucita? 

Me imagino al responsable de Disney, que ya estaba imaginando una cursilada tipo Frozen, aterrorizado cuando leyó el guión. ¿Pero esto qué es??? Si es la mar de amoral. ¿Y que se muere quiénnn? ¿Y este final? ¿De qué va? En efecto, Into The Woods no es un musical al uso, ni en el terreno musical ni, por supuesto, en el argumental, y muchos se quedarán a cuadros al verlo.

Las críticas de usuarios de imdb son de troncharse: "¡Yo había llevado a mis hijos a ver una película Disney! ¿Esto qué es?"

 
Los intérpretes están todos correctos. No puedo decir que estén mal, pero ninguno tiene un brillo especial. Y aquí entraría directo a la comparación con el musical, pero voy a intentar no hacerlo. Todos se esfuerzan, cantan, le ponen intención, pero ay, les falta chispa. A Meryl Streep le fanta un punto de locura, aunque su clase se nota. A Emily Blunt carisma (ella es la verdadera protagonista de la historia). Anna Kendrick es una Cenicienta un poco sosa. James Corden hará las delicias de los habituales del Fraguel Pop. Lilla Crawford es una caperucita algo antipática, Daniel Huttlestone repite Gavroche... Que sí, que en global están todos bastante bien, pero queda todo muy homogéneo. Y es que aquí es donde voy a acabar después: no es que esta película sea homogénea, es que parece que está homogeneizada y pasteurizada.


Los que más llaman la atención: Johnny Depp haciendo un numerito muy a su estilo (que a mí no me gusta nada, pero bueno, hay que reconocerle que marca personalidad), Christine Baranski en un papel bombón y Chris Pine, que con su cara de tío jeta da el príncipe perfecto. Me dejo para el final a Tracey Ullman, que hace una madre excesivamente malhumorada, pero a la que tengo desde siempre un especial cariño por su canción Breakaway de 1983:


En definitiva: una producción correcta, un reparto homogéneo y una dirección ágil hacen de Into The Woods una película notable. No maravillosa, pero que puede gustar no sólo a aficionados al género. Apta para público "familiar" aunque las mentalidades "familiares" se queden a cuadros al verla.

Que la vayas a ver, vamos.


Y ahora... 
tachannnnn
Es que no me puedo aguantar, joer.
¡La comparación con el musical!

¡AAAAAAAAAAAAAAAHHHHHHHHHHHHHHH!

Tal como ha dicho el propio Stepehn Sondheim, la película es una muy digna y honrada adaptación de su obra teatral. De eso no hay duda.
Mucho se habló antes de su estreno en los USA de los cambios que Disney había forzado a hacer en el guión. Sondheim ha declarado que todos los cambios fueron autorizados por él mismo. 
Y es que, en efecto, el argumento es casi casi igual.

¿Que si se han quitado o se han añadido cosas?
Pues sí. Alguna canción ha desaparecido, como la despedida de Jack a su vaca, las medianoches, un encuentro de Rapunzel y la bruja, alguna repetición o el concertante del final del primer acto (muy bien resuelto en la película, por cierto, sin que parezca que haya un parón). Pero vamos, nada esencial.


Pero sin embargo la obra teatral y la película son radicalmente diferentes.
¿Por qué?
Porque en la versión cinematográfica se ha "suavizado" todo: la manera de actuar, de cantar, los personajes, las acciones... todo está tratatado de una manera mucho más amable, se han suprimido los instantes más "perturbadores". Es a lo que me refiero con "homogeneizada" (como la leche).

Porque en el argumento tampoco es que haya muchas diferencias: desaparece el narrador (con lo cual desaparece un momento divertidísimo del segundo acto,vaya) y los cambios esenciales se refieren a Rapunzel, que es un personaje totalmente secuendario. Sin embargo todo está suavizado: la bruja no es tan histérica, Caperucita es insoportable pero no tan descarada, su encuentro con el lobo es muy light, el de la panadera y el príncipe se queda en un "wtf" y... (léelo si quieres, pero tendrás que pasar el cursor por encima mientras aprietas el ratón, que no quiero poner spoilers): "desaparece cualquier alusión a gemelos nacidos en el desierto, Blancanieves o Bellas Durmientes". Si lo lees en un feed, te jodes.

Es decir, sin llegar a pasarse por la licuadora Disney (el horror megacursi de Frozen, por ejemplo), se ha dulcificado el tono en toda la obra. Con lo cual sigue siendo fiel en contenido, pero el continente se ha "malenizado".


Para la edición en dvd se anuncian extras eliminados, como una canción nueva escrita para Meryl Streep (la típica para concurrir a los Óscar, vamos). Sondheim le envío a Meryl la canción y apuntó a mano: ¡No la jodas!

Mi opinión es que tanto la obra de teatro como la película son buenas y se complementan bien, no es necesario conocer una para apreciar la otra pero haber visto las dos ofrece una perspectiva muy interesante.

Y ahora vas y se lo cuentas a tu prima, que fue la que nos animó.

Y el tráiler (buuu buuuu) te lo ves aquí


Barbazul, barbaverde

  
¡La última bobá!

Perdón, tendencia.

¡Teñirse la barba!

Pero no teñírsela para disimular canas, que todos sabemos que a partir de cierta edad se te ponen unos mechones blancos que te avejentan una barbaridad y te hacen parecer papuchi, de ahí que yo siempre la lleve recortadita al uno para disimular.


Aféitatela, me dicen.

Ah, no no no no. Primero porque al Tx no le gusto afeitado, que ya me lo ha dicho por H y por B muchas veces, y el día que hicimos nuestra fiesta de señoras y estuve rasurado unos días se enfadó mucho (por no hablar de la cara de hogaza de pan que se me queda).

Pues la última moda es teñírsela de colores, parece ser.



Aunque viendo las fotos, esto tiene pinta de:

- Photoshop de brocha gorda.
- Spray de fiesta de despedida de soltero.
- Ylenia de Gandía Shore pasándose con el amoniaco en Gran Hermano Vip.


Lo que está claro, vistas las fotos, es lo de siempre:

SI ERES MONO, DAN IGUAL LAS MAMARRACHADAS QUE TE HAGAS EN LA BARBA, acabarás saliendo en un blog de estos tan interesantes de tendencias.

¿Quieres tener un hijo gay?


 
Gilipolleces animadas de ayer y hoy presentan....

¿Quieres tener un hijo gay?

La verdad es que hace mucho tiempo que uno ha dejado de sorprenderse de la cantidad de teorías y noticias que se dan sobre la predestinación de la homosexualidad.

Tenemos por un lado a los empeñados en que existe un gen que condiciona el comportamiento sexual. Y a los laboratorios que no paran de buscarlo... ¿con qué objetivo? ¿con el de neutralizarlo? ¿y con qué financiación?

Por otro están los mamarreligiosos que opinan que es todo cuestión de malas influencias y que se trata de una opción que puede ¡y debe! ser erradicada.


Y luego están los artículos de los periódicos, de los que enseguida se hacen eco los telediarios para poner la guinda graciomorbosilla al final del programa en los que se hablan de estudios de prestigiosas univerisdades de las que nadie ha oído hablar nunca según los cuales de un muestreo de 23 personas en un campus se obtuvo la conclusión de que su afinidad sexual era directamente proporcional al número de tinte de pelo que usaban sus madres en los 80, y que si sumamos los mililitros de revelador empleados por todo su vecindario durante los meses impares de su uso, llenaríamos el equivalente a tres campos de fútbol de segunda división. 

Como todo el mundo sabe, la unidad universal de volumen es el campo de fútbol.


Todo esto me aburre mucho, porque en la web siempre se encuentra uno con lo mismo: los métodos de curación del exgay pastor nosecuantitos (llevado a la pantalla por, oh, no te lo puedes creer, qué sorpresa, James Franco), seguidos de los furibundos de los comentarios de las redes sociales GLTBIRQTRA (arriquitaun taun taun).

Vamos, que al final paso, porque es un déjà vu constante.


Pero la noticia de la semana pasada me ha llamado la atención:

Un gilipollas (libertad de expresión, nena) llamado William Strider acaba de soltar la siguiente metachochez:

"Las parejas hetero quieren que sus hijos también lo sean y por eso tienen dificultades para admitirlos cuando les salen mariquitas (tela). Por tanto presumiblemente las parejas del mismo sexo desearían que sus hijos fueran gays para que así desarrollaran también sus mismos valores sobre la homosexualidad".
Hasta aquí tenemos una perogrullada con una base de partida ampliamente discutible. pero lo gordo llega después.


Este señor doctor asegura tener la capacidad de poder ayudar a estos padres de parejas del mismo sexo a tener un hijo gay mediante un proceso llamado "Manipulación de la línea germinal humana". Estaría basado en una especie de bricolaje durante el cual se tocaría el componente genético del cromosoma X de un feto durante un embarazo surrogado. Se cree que el cromosoma X tiene "algo que ver" en el comportamiento sexual de las personas.

Strider asegura que así los gays tendrán la opción de cambiar la futura orientación sexual de su hijo de hetero a gay y "garantizar así los mismos valores familiares y aceptación durante la siguiente generación".


El tratamiento cuesta entre 12000 y 15000 dólares. Te pondría el equivalente en euros, pero con los sustos que me da Pilar Mota cada mañana sobre su cotización, mejorte lo dejo en dólares usa.

Y además, no aseguran su eficacia. Imagino que para cuando el niño de muestras de sus preferencias sexuales el doctor Strider ya se habrá muerto o habrá cerrado su clínica sacacuartos, y ponte tú a reclamar.

Aparte, todo eso suena como muy "gay" hombre. ¿Qué pasa si quieres una niña lesbiana? Que las mujeres tienen dos cromosomas X (Ciencias Naturales, últimos cursos de EGB, ahora no sé si se dará eso en "Cono"). ¿El bricogarden del doctor, que parece que lo que hace es "amariconar" un cromosoma X, también funciona con chicas? ¿O lo mismo va y te sale una niña repipi y megacursi? No lo especifica.


En fin, todas estas chorradas, y muchas más, nos las ha contado el Daily Buzz y que oye, lo mismo es una especie de ElMundoToday o ChristianWire y la cosa es de coña. Esperemos que sí.

Y si no y ya hay parejas de mariquitas americanas forradas de pasta y con muy pocas luces haciendo cola para la clínica, ya estoy montando un crowfunding para montar una academia "asegúrate de que tu hijo te sale maricón en el caso de que el tejemaneje genético no te funcione". Me forro.

Stage Fright, ¿los musicales vuelven gays a los niños?

 
Una mezcla de musical y película de terror. ¡Toma ya! No me preguntes cómo llegó la película Stage Fright a mis manos. No lo recuerdo. Pero el caso es que me la tragué del tirón uno de esos findes por la mañana cuando tx se va a trabajar y me deja en casa planchando.

La traducción literal de Stage Fright sería "Miedo escénico", que es lo que le da a Pastora Soler cuando se entera de que Edurne va a ir a Eurovisión o a Joaquín Sabina cuando no quiere hacer los bises de su concierto, cosa que le viene muy bien a su público, que ya tiene una edad y no aguantan tanto tiempo sin ir a hacer un pis.
Pero a lo que voy, que me lío.

Bajo el título Stage Fright puedes encontrar tres películas (bueno, si buscas en imdb te salen una docena, incluyendo hasta episodios de Scooby Doo)


1. Pánico en la escena (1950). Una de Hitchcock con Marlene Dietrich y Jane "Angela Channing" Wyman (vale, Belinda). Tramposa, no me parece gran cosa.



2. Deliria (1987). Titulada en España "Aquarius" por alguien que sólo vio los primeros cinco minutos. Un post giallo italiano la mar de delirante, como su nombre original indica.


y 3. la que nos ocupa hoy, la mismísima Stage Fright (2014)

Stage Fright 2014 es una cosa rara.
Como has leído, es una mezcla de película musical y de terror. Juntos pero no revueltos. Es decir, hay partes musicales, partes slasher pero no es un musical de terror. 

Te cuento de qué va:

La acción transcurre en un campamento de verano que es una especie de escuela de artes para musicales. Allí estudian interpretación, música, aspectos técnicos... y el colofón es la representación de un musical al final del campamento. Todo muy friki, ¿no?

El musical que se representará ese año es "Haunting at the Opera", una obra con la que una famosa cantante de Broadway tuvo un pequeño incidente diez años atrás. Y fíjate tú por dónde que en ese campamento están los hijos de dicha cantante.

Pero alguien parece que no quiere que esa obra sea representada, ¿y cómo va a evitarlo? Pues organizando una escabechina, que es lo suyo.


Y en esto mezclamos El Fantasma de la Ópera, Carrie, Jesucristo Superstar, Sonrisas y Lágrimas (The Sound of Music), Grease, Viernes 13, un episodio de Glee y todo lo que se nos ocurra.

¿El resultado?
Desigual. Porque desbarra entre géneros y si bien al principio tiene un sentido del humor muy ácido, a partir de la mitad, el film se convierte en un slasher típico y tópico. Al final no le gustará a los amantes del musical, ni a los del terror. ¿Y a quién le puede gustar? Pues a mí, jejejeje.


Porque hay que reconocer que la película tiene un inicio fantástico. La propia productora ha colgado los diez primeros minutos en Youtube, conteniendo la primera escena a cargo de Minnie Driver, y los títulos de crédito con la llegada de los niños al campamento. Bestial. Por favor aguanta todo el clip, de verdad que merece la pena y además te haces una idea de la mezcla de estilos:


Y no he podido dejar de descojonarme de risa ante la alusión de si los musicales vuelven gays a los chicos. Porque sale uno que se declara totalmente hetero y que se acuesta con chicas pero los musicales lo vuelven gay (I'm gay, I'm gay but not in that way) en el sentido de dejarse ir.

Llegamos a un tema de siempre: ¿por qué son TAN GAYS los musicales? ¿Porque nos dan ganas de extender los brazos y salir cantando y dando vueltas cual Julie Andrews puesta hasta arriba de avemarías en una colina de Austria?

Este mismo personaje -el hetero- tiene otra fabulosa línea de texto un poco más adelante:


La peli es curiosa, se deja ver. Como ya he dicho, a partir de la mitad cae y no remonta, pero si tienes tiempo (y ganas), te resultará entretenida.

Ah, está dirigida por Jerome Sable, que es también el autor de las canciones, y protagonizada por Allie MacDonald (que tiene cara de cheeseburger -#festivaldelhumor), Meat Loaf (síiii, el que cantaba con Bonnie Tyler y salía en el Rocky Horror Picture Show) y Minnie Driver, que está muy, muy en su papel.

El tráiler no te lo pongo porque, como siempre, destripa más de lo que debe. Para más información, mira esta página o su imdb.



Así que para este finde tienes una de mis NO-recomendaciones.

Las estadísticas del porno

 
La prestigiosa página PornHub, un agregador de contenido "para adultos", ha sacado un informe extensísimo acerca de las estadísticas de las visualizaciones de porno durante el año 2014, y los resultados son... bueno, sí, son una gilipollez que no interesa a nadie, pero es gracioso verlos.

Con un muestreo de... 78,9 billones de vídeos vistos durante el año pasado (que se dice pronto)... ¿Qué países son los que más consumen? 


Pues Estados Unidos, claro. Pero ¿y España? 
Aghhhh, nos quedamos en el puesto 11, ni siquiera llegamos al Top 10, a pesar de haber subido dos posiciones desde el año pasado.
Esto es un poco como Eurovisión pero a nivel mundial, ¿no?
¡Es una confabulación balcánica!
Al menos estamos por encima de rusos y holandeses.

¿Y cuáles son los términos más buscados?


¡Teen y lesbian!
Sinceramente me sorprende no ver "gay" pero, contrariamente a la creencia popular de que los maricones estamos todo el día dándole al manubrio frente a la pantalla, los heteros nos superan en mucho (y sobre todo en número, bonita, que haremos ruido, pero seguimos siendo muuuuuchos menos).
A los heteruzos les pone el rollo bollo, por lo que se ve.
Y me encanta lo de MILF (mamis a las que me follaría, traducción libre), en el puesto 3.

Atendiendo a búsquedas por países, ojo lo curioso que pasa con España:




Junto a las habituales teen y spanish, sale "mom" (¿algún freudiano por aquí que nos explique esa querencia por las mamis?) y, en quinto lugar: "Indian", siendo Sunny Leone, una pornobollywood star, la más buscada. Anda que no nos gusta aquí un exotismo y un curry.

¿Y cuándo vemos más porno?

Por goleada, los lunes. Lógico, llegamos ávidos de guarrindonguez al trabajo y lo primero que conectamos es el pornhub. Y el día que menos, los sábados. Que nos vigila la parienta, leche.

¿Y cuánto tiempo estamos enganchados de media?


De los países del Top20, el que gana es ¡Filipinas! En España nos mantenemos en unos honrosos 8 minutos 11 segundos. ¡Superamos en 6 segundos a Alemania!  Los más rápidos en hacerse pajas son los azerbayanos (o como se diga, los que fuisteis a Baku lo sabréis), que necesitan 6 minutos y medio, aprox., pero no están en el top 20.

Y finalmente el porcentaje de búsquedas por sexo y lo que busca cada uno.
¿Qué pasa? Que al conectarte al ordenador te preguntan si eres chico o chica? No sé, ellos tendrán sus datos. De todo este rollo de imagen lo que interesa es el último gráfico:


¡Por fin aparece GAY entre las búsquedas!
ALELUYAAAAAAA.

Y a todo esto te dejo con el nuevo single de Bright Light Bright Light, "There are no miracles", que va de trabajar duro para conseguir tus sueños y labrarte tu propia suerte. Qué mono.



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