Orgullo Gay Madrid 2011 (día 2)

Vamos a ver por dónde empezar para no enrollarme demasiado.

Jueves. Día 2 del Orgullo. Día completo, día Comansi.

La cosa empezó a las ocho de la tarde en la Facultad de Medicina de la Universidad Complutense. ¿Quéeee? Pues sí, hija sí, y es que había una Turandot de Puccini en el anfiteatro. Y de gratis. Ah, ya lo avisé en mi Facebook.

Y aunque es una ópera que da mucho para el Orgullo Gay por eso de los brillos y los trajes y de la que seguro que en AmbienteG o Dosmanzanas harían un estudio exhaustivo sobre la frigidez o los principios de lesbianismo de la protagonista, ya hablaré la semana que viene, que si no ni me da tiempo ni lugar.


A la salida, paseo por los distintos escenarios de las fiestas del Orgullo.

Callao. Mmmmm. Poca gente. Unas casetas con bebida y público variopinto en medio mirando un escenario. Llegué muerto de hambre y directo al Rodilla mientras que mis amigas las más mayoras se retiraban cruzando la gran Via a la fiesta Militar en el ODarko disfrazadas ad-hoc. Y, digo yo, ¿para qué se ponen toda la parafernalia de camuflaje y tal si se supone que en cuanto entran en el local se desnudan? Ah, misterios de la naturaleza.

En Callao, mientras, sonaban D-Nash (sí, me libré por los pelos de Lucía Pérez), en un macroconcierto de unos... ¿diez minutos? de duración. Vamos, creo que oí dos o tres canciones y se acabó. Vaaale, pongamos quince.


El jueves de las fiestas del orgullo debería ser llamado San Trolley. Qué barbaridad. Toda la Gran Vía estaba llena de hombres monísimos arrastrando sus trolleys hasta hoteles y hostales. Luego se quejarán de que se les queda codo de azafata, claro. Un ir, un venir, y una cantidad de extranjerío...

De Callao fuimos a Chueca.
Vamos a ver. Si ayer el barrio estaba en el límite de lo intransitable no me quiero ni imaginar cómo va a ser durante el fin de semana. ¡Menudo bochinche!

Lo más gracioso es que, sabiendo por dónde moverse, sabe uno a quién se va a encontrar. ¡Y voilà! A Fulanito en Vázquez de Mella, a Tanganito colapsando la calle en puerta del Fu3l, a Zutanito en el Nike...

Todo hasta la bola. La calle Pelayo fue un auténtico suplicio. E ídem con Augusto Figueroa. Acúseseme de manzapera (dícese del marica simpatizante de Ana Botella -cortesía de Qué Maravilla-), pero directamente yo eliminaría, por seguridad (y no por ruidos u otras gaitas) el escenario de Pelayo.


Y es que la ratonera que era la Plaza de Chueca se había trasladado a las calles adyacentes con eso de los conciertos silenciosos.

Bueno, una risa. Ver a un DJ moviéndose al ritmo de la música y a una gogó con una peluca 11811 recién comprada en el chino de la esquina sin que suene nada es todo un absurdo. Ah, sí, que había que bajarse una App para el iPhone y ya lo podías oír... Pues mira, no. ¿Qué consiguieron? Pues por un lado que la gente que no salió escopetada a otras zonas se quedara de tranquila charla. Y que los que estaban bailando se formaran ellos su propia música. Que había unos dando palmas y cantando flamenquito delante del dj. Muy tremendo.

Avanzada la noche, tocó acercarse a las fiestas de la Infinita Gay Week.


Turn Off The Light, en la sala Heineken (sí, la que fue Discoplay, para las viejas, donde el concierto de OMD de hace unos días).
Se presentaba como "La sesión más oscura e impredecible que hará que pierdas el miedo a quedarte sin luz toda la noche para que puedas dar rienda suelta a tus deseos. Gogos, megatron, leds, con Darkroom en la 1ª Planta".

Era como una sesión de discoteca gay de las de toda la vida pero con la luz muy muy baja. Y la gracia estaba en que por todos lados había a nuestra disposición barritas de líquido fluorescente, como esas de seguridad que te dan en los naufragios para que las dobles y te puedan localizar y rescatar del flotador.


Imagínate: luces de colores y maricas. ¡El mix perfecto! Todo dios dio rienda suelta a su creatividad y salieron pulsares, collares, correas, gafas, cinturones y hasta modelitos casi cuerpo entero de luz de colores. Desde luego visualmente era un espectáculo. la única luz venía de la pantalla de leds que hay en el escenario detrás del dj.


La Darkroom de arriba no era tan tan cuarto oscuro, sino una zona más tranquila (y donde se notaba más el aire acondicionado). El público, bastante heterogéneo, con mezcla de tipologías y edades. Por supuesto, viva el culto a la camiseta sin tirantes, que para algo la gente se paga los gimnasios. Pero no tan divinas ni marifashions como yo esperaba de una sesión así. Muchos grupitos, mucho extranjero y muchas ganas de divertirse.


Y lo que más me gustó fue la música. Nada de techno machacón pumba pumba. Accesible, bailable y sonando de maravilla. La sala se empezó a llenar bastante pronto para lo que suelen ser las discotecas (estábamos en jueves, recuerda) y a eso de las dos estaba ya bastante llena.

De la Turn Off The Light pasamos por el pasaje de debajo de la Plaza de los Cubos a la discoteca Pirandello. ¿Eins? ¿Qué es eso? ¿Una cola inmensa de gente muuuuy joven y con rastas y pinta buenrollito? ¡Dioses! ¡¡¡Les están pidiendo el carnet de identidad en la puerta. ¿Pero dónde me he metido? Ah, no, qué susto, que la fiesta a la que iba yo era en la Pirandello 2, a la vuelta.


Saliendo por el recién estrenado Paseo de la Fama de Madrid en Martín de los Heros, donde estuvimos haciendo fotos al suelo con una chica encantadora que customizaba cada estrellita del suelo, entramos en Pirandello II.


Fiesta SLAM UNDERGROUND.

Aquí el público era radicalmente distinto: Según la publi, era la fiesta "donde se darán cita los hombres más masculinos del gay pride venidos de todas partes del mundo. Bears, musclebears, cubs, daddies, chasers, admirers… "


Y, en efecto, estaba allí metido todo el mundo oso machirulo de Madrid: todo tipo de estilismos de barbería, pelos que no sabían qué hacer para escapar de las camisetas, camisetas desparecidas, pectorales de diámetro desmesurado y toda una colección de "caras de chico duro".

Menos mal que no llevé al TX, se me hubiera vuelto loco y encima nos habrían hecho pagar los rayones de las uñas en el parqué después de haberlo sacado a rastras de la disco.


Allí estaba todo el u4Bear, no hace falta decirlo, con lo cual tenías conversación asegurada. Por cierto, las osas extranjeras usan más el Scruff, así que no seas boba y aprovecha. Aunque anoche el producto era básicamente nacional.

Tardó un poco más en llenarse la Pirandello que la Heineken, pero al final se puso también hasta la bola. Al principio la gente se acumuló en la barra y luego fueron invadiendo las pistas. Es muy curiosa la disco, tiene muchos recovecos, escaleras y da para perderse. Y... ¿esa escalera dónde lleva? Pues a al zona oscura, supongo.

La música, también bailable y con buen sonido, y en cuanto hubo un poco de personal ya empezó la animación en las pistas. En terreno de tipo de música y animación visual la verdad es que me gustó más la Heineken.

Es la segunda SLAM a la que voy y la verdad me parece un fiestón de primera para los que le vaya este tipo de público. ¡TESTOSTERONA POWER!


¿Y qué programa tenemos en el Orgullo para hoy viernes?

- Silent Disco en la Plaza de Chueca (o sea, tertulia)
- Las Drags del LL (léase elle) en la calle Pelayo
- Fiesta leather / rubber en el ODarko (ve a la ferretería y llénate la cazadora de cacharritos y cadenas)
- Gala Míster Gay España en Callao, presentada por Carmen Alcayde.
- Noche de Jazz en la Plaza del Rey
- Bob Sinclair (sin Raffaella Carrà) en la Plaza de España
- Fiesta MAD MEN en MadHunter
- Fiesta osa Dies3l en Changó (en la calle Covarrubias, hay que salir del barrio, ¿te perderás? Echa miguitas.
- Fiesta LA LECHE! en Macumba, organizada por el Matinée Group de Barcelona. Una auténtica fiesta blanca (y no de marcas blancas).

¡Y seguimos aguantando!