El cambio de iPhone a Android

 
Seguimos dándole vueltas al paso de iPhone a Android.

Después de 10 días con mi Xiaomi Chaochí y una vez superadas las crisis iniciales, creo que puedo hacer una comparativa un tanto ecuánime.

Así, a bote pronto, diré que iOS / Apple / iPhone gana a Android por goleada en rapidez, fiabilidad y facilidad de uso. Lo siento, es así.

Aaaaaaah, ahora todos los androidmaníacos os echaréis encima mío (ojalá) diciéndome que no puedo comparar un móvil de gama alta con uno lowcost pero yo te diré morena que en características técnicas el chaochí se supone que es superior al iphone5 (leche ram y esas cosas).

Y ahora vamos con la historieta.

Viernes mediodía: llegan los Redmi 3, le doy el suyo al Tx y salimos de viaje, más de cuatro horas en coche, que le dejo para que trastee y haga todo lo que quiera con él mientras yo conduzco. Se emociona (él era usuario de un MotoG de primera generación) y empieza a toquetearlo todo. 

Se puede decir que las tres primeras horas estuvo desesperado y echando sapos y culebras por la boca porque le salía el teclado... ¡en chino! Pero bueno, eso es culpa de haberlo comprado directamente a la web china. La última hora de viaje decidió dejarlo en paz.

Cuando llegamos a destino le dije que más le valía enterarse de cómo funcionaba, porque yo me había pillado otro para mí. ¡Albricias!

Así que tocó una noche de toqueteo tecnológico. Oh, cielos, ¡tenemos que ir a cenar a un sitio con WiFi para configurarlo y bajarnos todito todo! En efecto, ¡al Burger King!

Allí estuvimos unas dos horas dale que te pego, cada uno metiendo sus claves, sus apps, sus fotos, etc... Tx consiguió encontrar el teclado y todo iba de maravilla, mientras el colesterol del Long Taco Menu King Ahorro se hacía fuerte en nuestros organismos.

Y ahí va uno de las diferencias gordas con iOS. ¿Te quejabas de que los menús de ajustes eran liosos? Pásate a Android, bonita. Porque tiene tantíiiiiiisimos ajustes que te vuelves loco. Y de intuitivo nada, que si ajustes, ajustes complementarios, opciones avanzadas..., en cada aplicación sus propios ajustes... demencial.

Solventado el problema nos pusimos como locos a descargar apps (y a pedir claves Wifi, que nos caducaban a la media hora, qué raros son en provincias). Y empezamos a funcionar hasta que... oh, mi teléfono se reiniciaba solo. El de tx no, pero el mío sí.

Abriendo algunas aplicaciones, la pantalla del Xiaomi Redmi3 se ponía negra, salía el logo y se reiniciaba el teléfono. Y cuando te pasa más de tres veces, cariña... eso frustra que no te puedes ni imaginar.

Venga a tocar opciones, venga a buscar, venga a investigar... y un helado de esos asquerosos que son todo gras al cuerpo.

Descubrí que se reiniciaba sólo con las apps que usaban el GPS y que quitando el GPS y dejando la geolocalización sólo con Wifi y Datos no pasaba. Y posteriormente descubrí que el reboot sólo me ocurría cuando estaba metida la tarjeta SIM. O sea, fantástico. Y al Tx nada de nada.

Oh, una posible solución, el Xiaomi Redmi 3 tiene una opción para reportar errores (bugs) desde el propio teléfono. La abro, explico mi problemática, le doy a enviar y... tachannnnn... ¡respuesta en chino! Life in plastic is fantastic.

Me meto en internet en foros de ayuda y tal (tanto en inglés como en español) y leo que es un problema que le ocurre a bastante gente. Cojonudo. ¿Y cuál es la solución? ¡Cambiar la ROM! Es decir, modificar el sistema operativo. Y todo el mundo encuentra esa solución como algo normal, fácil y lógico. Claro, claro, cambiar la rom, cómo no se me había ocurrido.

¿Perdonaaaaa?

O sea que me compro un teléfono nuevo, no funciona y lo que tengo que hacer para que rule es conectarme a un ordenador, bajarme un programa, buscarme la vida, encontrar una ROM que ha hecho nosequé desarrollador e instalarla a mi propio riesgo. 

O sea, NO.

Que es lo que tuve que hacer el lunes siguiente, porque donde estaba ni conexión a internet ni ordenador ni pollas en vinagre. Y esto, sweeties, con iPhone NO PASA.

Y sí, conseguí arreglarlo, pero aún así hay cosas que no funcionan bien, sobre todo en el tema de notificaciones push, que el Chaochí notifica cuando le da la gana. Unas veces sí, otras no. Y si me pongo a buscar otra vez en foros me dicen que mire las opciones de las aplicaciones en segundo plano y blablabla y mira, me niego.

Otra diferencia es "¿dónde están mis cosaaaas?"

Estoy de acuerdo con los que critican a Apple con lo de que es un sistema capado y cerrado y tal y pascual. Y que iTunes es la mayor y más incomprensible mierda del mundo. Lo de las sincronizaciones, las bibliotecas, las fototecas y las zurullotecas es un asco. Pero desde que se hacen las cosas vía "la nube" no uso iTunes ya nunca, sólo para borrar o restaurar un teléfono.

Pon que te bajas una foto. En el iPhone se quedaba en el Carrete, y luego ya se podía mover a otros álbumes.

En Android no, entras en Galería y no está, tienes que pasar a "Local" y ahí buscar en qué coño de subcarpeta la habrá metido, si en la de Downloads o en la de la app desde la que te la has bajado, etc.

Yo todavía estoy intentando averiguar dónde cojona está un pdf que me venía adjunto a un correo.

El Passbook (o Wallet) no existe en Android, hay que bajarse una aplicación externa, y no salen igual.

Ah, la subida de fotos en Mega se me queda colgada.

La app de Twitter es costra pura.

Y los emojis, ay los emojis.

¿Por qué son TANNNN HORRRIBLESSSSSS?

En fin, que sigo investigando mi nuevo teléfono móvil y a ver si soluciono lo de las notificaciones, que es lo que más me jode. Si alguien tiene una pista, por favor que me lo indique.

En definitiva: no estoy a disgusto con el Xiaomi Chaochí: tiene una pantalla graaaande, es compacto, rapidito, la batería aguanta huevo y medio y, de momento, me manejo bien.

Ahora, la diferencia de "usabilidad" con el iPhone es pasmosa.

Pero para tener un iPhone con la potencia y tamaño del Redmi tendría que gastarme 800 euracos, aprox. Y a eso me niego. ¿Que si me hubiera comprado un Samsung Galaxy Puñetas no habría tenido estos problemas? Quién sabe.

Pueden Vdes. dejar todos sus reproches después de la señal.

Ah, para que la entrada no parezca tan de gruñón la he adornado con un poco de carnaza, que hay quien me critica diciendo que esto ya no parece un blog gay. ¡Qué país!