Hanelore Tour (y v): El carnaval alemán


Querida amiga:
Llegamos al final de nuestro Hanelore Tour
Ooooooooohhhhhhhh.
Sí, hija, sí.
Después de hablar sobre el ambiente y el Yumbo, toca hablar del motivo principal de nuestro viaje: El Carnaval Alemán de Maspalomas.

Porque el 11 del 11, a las 11 de la mañana (teóricamente también al minuto y 11) se celebra en el chiringuito marica de la playa el carnaval alemán.

Es un evento muy gracioso porque es muy espontáneo, no hay organización: cada uno va disfrazado si quiere, solo o con su grupito de amigos. No hay carrozas ni desfiles. Es estar en la playa paseando y brindando en un ambiente muy relajado.

A las diez la playa ya está abarrotada y todas las tumbonas pilladas. A partir de entonces acercarse al chiringuito 7 es casi una odisea, y los más previsores se han traido sus neveras con sus botellas de champán (cava para las de la hoja de ruta) y sus copitas de plástico.

Y, francamente, el ambiente es superamigable, todo el mundo se saluda, se besa, se hace fotos y está ahí tan ricamente. Cero actitud, cero bobería, hasta los que la noche anterior has visto reinorreando por ahí están tan contentos. Y medio mundo es íntimo amigo del otro medio durante un par de horas.

A partir de la una más o menos la cosa se relaja (también cansa estar de pie tanto rato), y todo pasa a ser un día normal de playa, con muchos por ahí disfrazados. Los que están en grupos se suben a una duna y hacen una sesión de fotos bajando o rodando y todos siguen queriéndose muchísimo. A media tarde hala, ya está, se acabó, todos para casa. Además, este año se puso a llover sobre las cuatro, así que pimpampún caravana de vuelta todos como hormiguitas.

Como yo no saqué fotos porque estaba inmerso en el carnaval, y Tx sólo sacó a los chulazos que por allí había, recopilo las que más me llamaron la atención de la página del UXXS Magazine.

Marchando una de fotooooos:

 Las lentejuelas bandera gay, superconjuntadas.

 Los vikingos de Ikea. Atención al segundo por la izquierda.

 Unos piratas alemanes con los que intimamos.

 Las mariantonietas. Divinas.

 ¿Que hay poca gente?

 Los sirenitos

 Éstas iban totalas.

 Pero no tanto como esta tigresa, genial.

 Las Gwendolines de la Legión

 Unas peregrinas del camino de Santiago

 Unos conejitos playboy

 Los piratas nacionales

Las bañistas inflables. DIVINÍSIMAS. Las mejores.

En fin, espero que te hayas hecho una idea.
Es complicado poder cogerse unos días para ir en Noviembre a Gran Canaria, pero si alguna vez lo puedes hacer, te lo recomiendo. La experiencia vale la pena.

Aunque a todo esto... ¿y el tío Mocho de qué fue al final?

Porque menudo coñazo os solté con lo del arnés, ¿no?

Pues mira, mi disfraz consistía en una especie de policía de la playa, todo lo que tuve que hacer fue ponerme el arnés y una gorra de plato comprada en un chino de Madrid (y que llegó más o menos salva dentro del aplastado trolley de equipaje). Con unas gafas de sol, una camiseta de tirantes y unos minishorts naranja flúor que Tx se empeñó en que me comprara en el Centro Comercial CITA (y que en cuanto me descuidaba hacían que se me saliera un huevo por la pernera)...


La cosa quedaba tal que así.
 

Por supuesto que la camiseta acabaría desapareciendo, pero no es cuestión aquí mostrar mis gordicies. Iba mono al salir del hotel, ¿no?

Pues no, porque mi disfraz mutó.
Y es que el amigo de mi amigo el que no pudo venir pero que era aborigen de la isla (arf arf arf) lanzó un mensaje via Facebook pidiendo colaboración para promocionar un evento en 2015: el Bear Carnival. Todo lo que había que hacer era presentarse en la playa, que él ya proveería los disfraces.

Se lo propuse a Tx. Me puso mala cara. Le dije que mejor estar con gente aunque no la conociéramos, que siempre nos podíamos escindir del grupo, y que por lo menos oye, íbamos a tener bebida fresquita sin tener que pelearnos en el chriringuito.

¿Y qué ocurrió? Lo adivinaste. Que yo llegué, transmuté mi disfraz al del grupo y Tx se quedó a mi lado, pero con su traje de baño color verde botella, sacando fotos a los chulazos.

Aquí el grupito del Bear Carnival promocionándose junto a los del Maspalomas Gay Pride:


Aquí yo recibiendo la bendición:

Aquí uno que le hizo mucha gracia a Tx, porque iba con el monokini de Borat, pero en rosa, y con una especie de enagua o mañanita por encima para no quemarse. Lo más gracioso es que por la noche, de bares, ¡llevaba la misma pinta!


Y aquí el brutángano de los vikingos de Ikea, el futuro marido de todos nosotros, que me pilló sacándole la foto de pleno:

Anécdotas graciosas: Había un mostrenco italiano tremendo, tremendísimo, ultracachas,  impresionante... que estaba cabreadísimo porque nadie le hacía caso porque no iba disfrazado. Se puso en jarras delante de toda la zona donde estábamos nosotros, hizo unas poses gimnásticas, se metió en el agua, salió en plan monstruo de los mares... y acabó yéndose cabreado porque todo el mundo se sacaba fotos con los disfrazados, pero con él no. Muy bueno.

En fin, que lo pasamos bien, ¡ hicimos amigos !, bebimos sidra y cava de gorra y a las pocas horas devolví mi disfraz, me volví a transmutar en poli de playa con huevo fuera y hala, pal hotel.

Al día siguiente, Oh Dioses Del Olimpo, salimos en la prensa local:
 

Y una cosa te digo, María Meritxell, querida: si quieres lucir un bronceado Union Jack en tus carnes... VETE A LA PLAYA CON UN ARNÉS.

Y con este pequeño relato doy punto final a nuestras impresiones de viaje en Maspalomas y el camino de Amarillo, que menuda lata que te he dado, ¿eh?


Hanelore Tour (iv): ¡El Yumbo!


Querida amiga.

Llegamos a la parte más enjundiosa de nuestro Hanelore Tour (clic): El Centro Comercial Yumbo y sus aledaños, que por sí mismo puede ser motivo de turismo y peregrinaje a Playa del Inglés / Maspalomas.

El Yumbo es el centro del mariconismo de la zona. Llamarlo centro comercial o shopping center es un eufemismo, porque lo que le da la vida son los locales de restauración, ocio y recreo.

Sí, bueno, también hay un Burger King.


El Yumbo es una enorme plaza rectangular como un gran hoyo bajo el nivel de la calle a cuyos lados se descuelgan en terrazas hasta tres pisos de locales, dejando todo en 4 niveles donde tienes de todo.

Lo suyo es que vuelvas a la página que te he recomendado ya veinte veces, donde tienes la info actualizada de todos los locales que allí están. O, más fácil aún, te buscas la revista gay de Gran Canaria, el UXXS, entras en su web en la sección de Magazines y te descargas en pdf el último número. Vas avanzando páginas, te vas embebiendo de mariconeo y aparcas en las hojas donde viene el plano del Yumbo:

(puedes hacer clic sin miedo en la foto)

Y así te puedes ir haciendo una idea de cómo es: tu MiniChueca en Gran Canaria.

Hacer una descripción de todo es largo y aburrido, así que vayamos por partes.

Locales al margen del mariconerío: algunas tiendas, perfumerías, supermercados y servicios tipo sexhops, bancos etc. Interés cero. ¿Te acuerdas cuando hace décadas se encargaba al pariente que iba a Canarias que te trajera una cámara tomavistas, que allí eran más baratas? Pues ya ni eso. No es que no haya tomavistas, que ya no los hay, es que las tiendas de electrónica y tecnología no merecen la pena: mismos precios que en la península y cualquier cosa que te quieras comprar la puedes conseguir por internet (incluso si son arneses).

 
Mezcladas con estas tiendas de electrónica están los bazares de "te vendo todo", desde merchandising falso del Real Madrid a souvenirs en forma de polla de madera y  camisetas, muchas camisetas, con todo tipo de logos. A evitar. Más que nada porque son sitios de regatear y mira, vale que Canarias está muy cerca de Marruecos, pero a nosotros lo del mercadillo de morisma como que no nos iba. Preguntamos en una por el precio de la camiseta para niño del Real Madrid. Nos dijeron 35. Ok, y seguimos mirando. Al segundo el señor nos dijo que nos hacía un precio especial de 20. Como era sólo una consulta, le dimos las gracias y salimos. Y en la puerta nos paró una china impidiéndonos el paso y diciéndonos "cuánto quiere pagar, cuánto quiere pagar". Vamos, que no.

Aparte, también hay alguna tienda de ropa cara y de complementos maricas, pero con lo todo-a-cien que somos nosotros, como para gastarnos allí los cuartos. Nada, que no.

También hay bastante restaurante. Casi todos tienen muy mala pinta pero, eso sí, la carta en 8 idiomas y fotos de los platos combinados. Mejor un Whopper.


Y ahora lo interesante, el mariconerío.
Digamos que el mundo gay se hace fuerte en el Yumbo al anochecer. Previamente las alternativas están en tomar un café y ver a la gente pasar o subir a la sauna, que por lo visto es enorme y está muy bien montada, pero sólo tiene público los días de mal tiempo (habiendo dunas, quién se mete en un local).

Nosotros nos sentamos en el Café Eden, que tiene unas sillas cómodas, un ambiente agradable, está en una esquina (por donde pasa todo el mundo) y... ¡tiene Wi-Fi!

A ver, seamos internacionales, no se dice Güifi, se dice GuaiFai. Y en Maspalomas casi todo el personal de hostelería de bares y cafés es extranjero, y lo mismo no te entienden.
El Eden es agradable, tiene música chochi retro, y está plagado de guiris conectados a sus móviles como locos, con lo que nadie habla y es muy tranquilo.


Una vez tomado el cafelito y visto el panorama de los que pasan, te toca a ti dar el paseíllo y mirar a la gente que hay en los locales. 

Pegado al Eden está el Bärenhöhle (la cueva del oso), el supuesto bar bear del Yumbo. Pequeño, con terraza y, al menos los días que fuimos nosotros, plagado de alemanes (lógico). todos iguales, todos grandones pero como poco hechos. No nos interesó, y eso que tanto tx como yo damos un poco el fenotipo bear.
 


Siguiendo las agujas del reloj, el Wunderbar: guiris borrachos y ambiente pelín petardo.

Dando ya la vuelta, en el lado sur, está lo interesante:

Construction. Local grande abierto a la plaza en el que hay que parar por huevos, porque todo el mundo pasa por allí, es como el Piccadilly Circus del Yumbo. Su pasillo es el centro de reunión. Y el que no encuentra sitio en mesa se pilla una cerveza y se coloca en el césped de enfrente. El bar en sí se supone que es leather/fetish, tiene a un cachas bailando en una barra de esas de Demi Moore en Striptease y mesas tipo barril con taburete alto. Muy bien. Luego tiene un cuarto oscuro al lado del baño con cuatro recovecos. Pero todo lo duro que se supone que es el bar se diluye con la clientela, que es de todo tipo. Obligatorio.



Esa mezcla ya me dejó totalmente descolocado en el local que está enfrente: Bunker. Al Bunker fuimos porque había una fiesta organizada a la que me habían pedido asistir (ya lo contaré cuando hable del carnaval) y cuando entramos nos quedamos a cuadros. El local tiene tres plantas: la de entrada sería el típico bar durillo de cancaneo: todo negro, su vídeo porno gigante, música punchi punchi impersonal y una barra central en la que sentarse y mirar con cara de duro al personal. Todo hace pensar que en un rincón estará el acceso al cuarto oscuro. Y lo hay, pero es la terraza de fumadores.


La planta sótano ya es más heavy: tres pasillos, cabinas, recovecos, glory holes, sling, camastros, cruces, una bañera para watersports, zona de fisting, cuartitos oscuros... o sea, el típico club de sexo. Al lado de gente vestida, tíos totalmente en bolas. ¿Dónde dejaban la ropa? Ah, pues en unas taquillas que había en la planta baja y en las que no habíamos reparado.


Pero es que lo más curioso es la planta terraza, que está puesta en plan Gandía Shore: blancos, luces, neones, escenario para espactáculo, colorines... y con música petarda de hace décadas (no en vano se publicita como la "terraza Kiss FM"). Ni que decir tiene que yo estuve allí dándolo todo con un americano borracho (y su imponente novio local) coreografiando y cantando a grito pelado Xanadú, Don't you want me, las de Bananarama... todo. Vamos, mi habitat ideal (e ideal también para que Tx se quede sentado en un taburete mirándome con condescendencia, claro). Lo gracioso es que de vez en cuando subía alguien de las plantas inferiores. Y claro, estar en plan petarda y que en la mesa de al lado de la pista se quede mirando un brutángano impresionante completamente desnudo y totalmente enviagrado, descoloca. 


Amiga, aprenda a diferenciar entre embriagado y enviagrado, Éste lucía un pedazo de pollón increíble. Y no tardó mucho en acercarse otro a hacerle un trabajito oral. Divertido por la mezcla, pero sumamente perturbador. Vamos, que había circulación entre las tres plantas del Bunker. Lo pasamos bien y me pidieron por favor que volviera, que animaba mucho. No hagas ni caso del color de las fotos: TODO es negro.

Más adelante del Bunker, siguiendo la planta baja, está The Cellar, que me dicen que es el bar más guarro del Yumbo, directamente de los de entrar y desnudarse, pero no lo visitamos. Lo pongo aquí porque tiene mucha fama.


Encima del Construction, en el nivel 2, está Chez Funny Boys, un local con espectáculo drag que me recomendó encarecidamente nuestro hunkentenor favorito. Está a tope y el show travesti es muy bueno. Pero, chico, francamente, qué quieres que te diga, ni a Tx ni a mí los shows de drags en playback nos llaman demasiado la atención, por muy bien que lo hagan. Estuvimos unos minutos y nos fuimos.


También Eleuterio me advirtió de la mala calidad del local que estaba en el extremo suroeste en la planta 1, Ricky's Cabaret, que se podría definir como tres travestonas y un karaoke para ingleses borrachos. Absolutamente fascinante en su cutrerío y en su desafine. Incluso si no quieres tomar algo te puedes quedar en los bancos del Burger a disfrutar de un espectáculo que es muy de Santa Teresa de Jesús: para vivir sin vivir en uno mismo.  

Definitivamente los gustos del hunkentenor y los nuestros difieren bastante: lo que a ellos les horrorizó (el Ricky's, el Centro Cita), a nosotros nos encantó. Ah, se ha vuelto tan alemán.



En el Yumbo hay más locales pero chico, no fuimos. Ni nos dio tiempo ni teníamos ganas, y tres plantas y media dan para mucho.

Luego hay otros locales fuera del Yumbo. En el CITA hay alguno de guarreo. Nos hablaron del Bourbon, que es donde va el oserío avanzada la noche. Y está también el REDS, local de los de desnudarse, que presume de tener las más amplias y limpias instalaciones de los sitios de su especialidad.


Y hasta aquí la guía McMóchez de ambiente Maspalomino.
Creo que ya sólo me queda contar lo del maldito carnaval, ¿no?
Pues pincha aquí.




Hanelore Tour (iii): Qué ver / qué hacer

 
Siguiendo los pasos de nuestro Hanelore Tour 2014 (clic) ahora me toca hacer una recopilación de información, más que nada para que no se me olvide.

Vayamos por partes.

Hemos llegado al aeropuerto, nos hemos pillado el bus 66 y ya estamos en nuestro alojamiento, que puede ser un hotel o uno de los cientos de bungallows que hay por la zona, y que son muy monos y muy prácticos, pero luego tienes que hacer la compra, organizar desayuno, comida y cena y darle al fregoteo... ¿merece la pena para unos pocos días? Tú verás.


Y ahora... ¿qué hacer en Maspalomas / Playa del Inglés?

Pues cariño, desengáñate. Si vas en plan turismo cultural, gastronómico, de naturaleza... olvídate. Allí se va a la playa y a juerguearse. Si quieres otras cosas te alquilas un coche y te visitas la isla, pero en Hanelorelandia se va a lo que se va.

Lo primero que tienes que hacer es abrir la página http://www.gcgay.com , donde te lo indican todo, de manera actualizada y así no te tengo que pegar yo la brasa, pero como esto es mi blog, intentaré contarlo en el Mocho Style.

Maspalomas se compone de: Playa, Centro Yumbo y la línea que une ambos.

Toda la info, pulsando en el siguiente mapa:

http://goo.gl/maps/H12XG

Planificar el día:
Después del desayuno, a la playa.
¿Cómo se va? Pues bajando toda la avenida Tirajana hasta el Hotel Riu Palace.
Como el urbanismo allí es algo peculiar, ni se te ocurra buscar la calle para rodear el hotel, no la vas a encontrar, hay que entrar por el pasillo central, por la entrada del hotel.


Si eres espabilada y no has desayunado, te cuelas como Pedro por su casa por la puerta de la derecha del hotel y te metes en el restaurante. Que no se note mucho que vas a la playa con el flotador de calabacines y el traje de baño hasta los tobillos. Coges mesa, te sientas y te tomas un señor desayuno buffet de toma pan y moja. Luego te levantas y te vas a la playa. Si te pillan, dices que no estás alojada y pagas tus 12 euretes o así que te costará, POR LISTA.

Una vez pasado el hotel, llegas al mirador de las dunas de Maspalomas, que es alucinante. Y entonces haces como TODAS LAS MARICAS DEL MUNDO y te sacas una foto en la balaustrada.



¿Qué ocurre? Que ahora mismo está en obras y fuimos el Tx y yo a hacernos nuestra foto y zasca, no había balaustrada, una ful.


Una vez hecha la foto de rigor sigues el reguero de gente que va hasta la playa y en unos 20 minutos (más si eres lenta o si hace mucho calor) llegarás al chiringuito 7, la playa gay.


Ojo no te confundas con el camino. El que va a la playa es el que va hacia el sur. Verás que hay quien se dirige a la derecha (el oeste). Tú ni caso, de ello nos ocuparemos luego.
Te en cuenta que a la playa 7 también se puede llegar andando por la orillita, que es mucho más descansado, desde el Faro de Maspalomas (para llegar te las apañas, taxi -son baratos- o bus).


Una vez llegados a la playa, plantas tu sombrilla, te alquilas una hamaca con sombra o te pones la toalla donde quieras. Para tomar un refrigerio, o incluso comer algo, tienes el chiringuito, atendido por señoras malhumoradas al ritmo de un radiocasete con música ratonera, tiene una banderita multicolor en su cubierta, que nos hace pensar que será el centro de reunión de las maricas playeras.


En la playa, como es de rigor, hay mucha exhibición y pavoneo. Vamos, que te puedes poner tibia mirando chulazos. Cerca del chiringo, todos con el traje de baño. Cuanto más al oeste, más nudismo. Como está de moda lo de llevar la marca del bañador, los más potentorros no se lo quitan ni a la de tres. Tx y yo no lo dudamos, 1,2, 3, crema protectora solar y hala, ¡a culo pajarero!


En la playa pasas las horas centrales del día y luego ya inicias el camino de vuelta. Y es entonces cuando te puedes dar un paseo por las dunas, esas manchitas de color rojo que aparecen en el mapa que te he puesto arriba, la bifurcación del camino.

Porque en las dunas de Maspalomas hay mucho cancaneo.
La visita era obligada y nos fuimos para allá en plan senderismo.



Y... qué quieres que te diga.
No.
O sea, no.
No me gustó nada de nada.
Sorprendentemente hay una gran cantidad de árboles y matorrales para practicar el ídem, es decir el matorraling o matorralismo en castellano (en valenciano, la matorraleá). Y lo que te vas encontrando por ahí es gente distribuida estratégicamente en las decenas de caminillos que hay, unos tomando el sol, otros en clara pose de esperar, y muchos paseando arriba y abajo como locos. Lo que se viene llamando una zona de cruising de toda la vida, vamos, sólo que casi todo el mundo desnudo.

De vez en cuando te encuentras unas especies de nidos de Pterodáctilos gigantes, como empalizadas circulares, que hacen las veces de dormitorio / reservado. Me hubiera gustado sacar fotos, pero estaban TODOS ocupados, así que me remito a San Google, donde he encontrado una serie de estos "Nidos de Águilas"


El tema está en que el paseo por las dunas, y más después de haberme bañado y pasado un buen rato en la playa, me resultó cansado, aburrido, y... de un nivel de gente bastante chungo. Y no me refiero sólo a edad avanzada, sino a aspecto en sí. Chungalí.

De tarde en tarde se veía a una parejita follando y un grupo de mirones cascándosela alrededor. Supermorbo, vamos.

Una cosa que me sorprendió es que la zona de las dunas, protegida, estaba llena de bolsas de basura para recolectar residuos y no se veía el clásico y asqueroso suelo plagado de condones y kleenex habitual de estos lugares. O la gente es cuidadosa o hay quien se ocupa.


En fin, según me han dicho los aborígenes de la zona, se pone mejor cuanto más tarde, y sobre todo la otra zona, la que hay al lado del faro, la llamada "Los Camellos". Pero vamos, que uno no tenía ganas de comprobarlo.

Ojo a las zonas de cancaneo. Según indican en las diversas webs, hay algunas que son de cruising hetero. Ten cuidado no te vayas a encontrar con algunas francesas, que ya sabes cómo son, son otra cultura, no se depilan.


En fin, que lo de las dunas era visita turística obligada, pero vamos que no creo que me vuelvan a pillar allí.

Una vez has hecho lo que tengas que hacer en las dunas, vuelves a la civilización y te acercas a tomar el café con tarta en el Café Wien, un local muy maleni donde se reúnen las mariquitas de actividad vespertina.


Lo mejor del Café Wien es que está situado en el Centro Comercial más demencial de toda Playa del Inglés: El Centro Comercial CITA, cuya trasera daba justo al caserón de Doña Urraca en el que estábamos alojados.


El CITA fue construido en 1972 y se compone de un montón de pasillos y patios interconectados. Tuvo su momento de apogeo en los ochenta y ahora mismo no es que esté destartalado y casi abandonado, sino que directamente se cae de cochambroso. 


Tiene una planta de tiendas, otra superior con restauración y una subterránea a la que da miedo bajar.


Pero lo más de lo más de lo más del CITA es su fachada. Como si de un Parque Europa se tratara, tienes reproducciones del Big Ben de Londres, del Arco del Triunfo de París, de la Torre inclinada de Pisa, de la Iglesia de la Plaza de Praga... ¡viva la piedra artificial!



Por si eso no fuera poco, en una de las esquinas hay una horrenda figura gigante de un niño con un gorro de cucurucho.


Esta figura se supone que es para animar a los niños a entrar, porque detrás suyo hay una serie de figuras de superhéroes mezcladas con reproducciones del David de Miguel Ángel, que dan miedito. A Hulk, como se le ha roto la cabeza, lo pusieron mirando a la pared.


Y aquí obsérvese como el AcuaMan o como se llame está sujeto al suelo con el palo de una escoba para que no se caiga. ¡Divino!


En serio, horripilante. Por no hablar de esa especie de estatua de Neptuno (o Poseidón), con pintura azul donde se supone que había agua.

Aclaración: me comentan que no es Neptuno ni Poseidón, sino un GRAN GUANCHE, por cuya culpa los isleños tienen esos nombres tan exóticamente sensuales.


Ni que decir tiene que el CITA se convirtió en nuestro centro comercial favorito. Ni Yumbos ni leches. Y lo visitamos todos los días que estuvimos allí. Nos dejó fascinados.

Tras las tartas y las compras te vas a cenar. Mejor tempranito, para luego ir al Yumbo a tomar algo.

Pero esta entrada de blog ya se está quedando muy larga, ¿no? Dejemos el Yumbo para más adelante, porque se merece entrada aparte.


Continúa... aquí


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