El tiempo entre costuras. La serie maleni

 

  

Hace tiempo en este blog se habló de la novela del folletín "El tiempo entre costuras", un relato muy para señoras que vendió sopotocientosmil libros en su día.

Recordemos la historia: Sira, una modistilla madrileña, se convierte en Modesty Blaise sin comerlo ni beberlo, sólo por culpa de los hombres, que la han tratado muy mal.

Y ahora Antonia 3 nos emite la serie de televisión basada en dicha novela, con gran aparato publicitario y un tráiler que ya les vale, porque destripa todo lo que va a ocurrir en la serie entera.

La semana pasada me quedé viendo el primer episodio. Muy listos los de Antena3: duró hora y veinte aprox y lo emitieron sin cortes, sólo un miniintermedio con dos anuncios un par de minutos antes del final. Vamos, que yo, que había cenado sopa y ensalada, estaba que me meaba y venga a aguantar a ver si se acababa y que no que no que no. Tx vio los primeros minutos y luego se subió a dormir.

¿Y cómo es la serie "El tiempo entre costuras"? Pues una serie muy para malenis.

Todo está pensado para que hombres y mujeres malenis digan "ay qué bonito es esto", empezando por la parte visual: todo el mundo va vestido de época de una manera perfecta, todos limpitos, planchados, peinados y perfectos: no hay un roto, una mancha, una arruga, nada. Se muestra un Madrid pre-guerra civil impecable. Además, los figurantes están colocados como si estuvieran en un belén: aquí la pareja que baila, aquí el barquillero, aquí la señora que compra fruta. Cada uno a su bola. Y todos hiperiluminados.

La protagonista es talmente como uno se la imagina leyendo la novela: una chica morena tipo anuncio de aceite Carbonell, de belleza clásica y con cara de saber sufrir mucho. Adriana Ugarte es muy mona pero le han dicho que hable todo medio en voz baja y joer, como tiene tanto monólogo (porque es un relato en primera persona), durante la hora y veinte sólo se oye un runrún constante. Ay esa dicción teatral. A ver si se anima un poco en la historia y deja de sufrir, porque sus mejores momentos fueron cuando estaba contenta.

El lunes me quedé viendo el segundo. Y sigue la misma tónica: pasamos de Madrid a Marruecos y todo vuelve a estar impecable. Todo. Está claro que es una serie hecha para agradar a la vista. Igual que una decoración de fondant.

Y la narración va lenta, tranquila, sin sobresaltos. Todo está clarito y bien explicado. Pero claro, también sin emoción.

Por lo que llevo visto, es una serie muy cuidada, que se ha planeado con meticulosidad, pero a la que le falta sangre. Le falta el rollo folletín loco que tenía la novela.

Los actores están perfectamente elegidos: el guapo guapísimo que es el clon de Cayetano Rivera (y doblado, que es cubano), Raúl Arévalo de novio, la madre, la Candelaria (que mira que se prestaba al exceso y no, está muy comedida la señora), la nieta de Lola Flores, el comisario... esperamos ahora la llegada de Rosalinda Fox, que es personaje esencial.

El tiempo entre costuras será un exitazo, seguro, y se venderá como churros para navidad en dvd, porque es el regalo ideal.

Y, señores de Antena 3, por favor, vigilen lo que hacen con los tráilers: si ya poner uno de 10 minutos en el que se contaba la serie entera (enterita) una semana antes del estreno fue lamentable, lo que hacen con los anuncios de cada episodio es similar, y peor aún cuando termina un capítulo, que salen escenas del siguiente. O que la primera escena de la serie fuera el momento culminante del final del segundo capítulo... ¿qué cabeza pensante ha ideado eso?

Ah, y yo, como buen maleni que soy, me la voy a ver enterita.

En este enlace puedes ver el primer episodio completo: clic.

Y en este, el segundo: clac.

Editando: ya he visto el capítulo 3 (aceptable) y los capítulos 4 y 5 (aburridísimos, carentes de toda emoción, la serie se está yendo a pique). Uffffff.