Scandal'alla Scala







Cómo se han complicado las cosas en la Scala de Milán. Menudo escándalo se ha montado con la espantá del Alagna.

Pongámonos en antecedentes:

Inauguración de la temporada en el templo de la lírica. La función más importante del año en Europa (se supone). Gran y pomposa megaproducción a cargo de la Srta. Zeffirelli, con Chailly a la batuta y el megatenor francés Roberto Alagna como estrella total en el papel de Radamès. Asistencia de políticos, estrellas del fútbol (sí, sí, estaba Figo) y starlettes italianas.

Acaba la función y hay grandes aplausos para la Zeffi, orquesta, una ovación atronadora para el primer bailarín y aplausos discretos y algún abucheo esporádico para la estrellita Alagna.

El tenor, subido a sus coturnos modelo Scotto (o Superman Returns) y mosqueadísimo con la acogida recibida, se dedica durante dos días a poner a parir al público milanés, al bailarín y particularmente a los loggionisti, que son una panda de descerebrados fanáticos que pueblan los últimos pisos de la Scala y son especialistas en reventar funciones.

Así que llega la segunda representación y tras el Celeste Aida (es decir, al principio principio de la ópera) los operafanáticos lanzan al tenor un abucheo escandaloso. En vez de continuar y pasar de ellos, al Alagna le entra un ataque de divitis y se larga del escenario, dejando sola a la mezzo que hacía de Amneris (la mala de la ópera) con la que tenía que cantar un dúo. Gran escándalo.

Llega lo absurdo. El director no para la música. La mezzo canta su parte del dúo sin que nadie le dé la réplica. Al Zeffi le da un pasmo, los asistentes de escena salen corriendo a buscar al tenor sustituto, no le dejan ni vestirse y de repente sale cantando otro Radamès tipo osito maquillado como una drag queen, vestido en vaqueros y camiseta.

Al día siguiente, el tomate local y la prensa tienen su carnaza. Alagna poniendo a parir a todo el mundo. Amenazas del teatro y de la casa de discos contra el tenor porque estaba prevista la grabación de un dvd. Loas a Palombi, el osotenor en vaqueros. A todo esto, la mujer del Alagna, la divísima Angela Gheorghiu, especialista en escándalos similares, espantás y mutis por el foro (uno de ellos bastante sonoro en Madrid), amenaza también con no volver a cantar en ese teatro.

Día siguiente. Zeffirelli saca las uñas contra Alagna, que ahora cambia de estilo y se dedica a conceder entrevistas en plan víctima diciendo que no entiende el por qué tanto revuelo y que él piensa seguir cantando las demás funciones. Se acerca al teatro y... No lo dejan entrar. Se pone como un obelisco y ahora es él el que amenaza con denunciar al teatro por hostigamiento en el lugar de trabajo. Tremennnndoooo.

Lo malo de todo esto es que ha sido producido por la memez y soberbia de un cantante que no ha sabido enfrentarse a la panda (porque son una docena) de gilipollas revientafunciones oficiales que hay en los teatros y que, lamentablemente, cada día se creen más envalentonados.

Peeeeeero, yo, que he mandado a mi querida reportera de campo Kathy Cordero a investigar por Milano, he sido informado de la verdadera razón de la espantá del Alagna. No son los abucheos, no. Ha sido la competencia con el primer bailarín, otro Roberto, Roberto Bolle, que fue quien se llevó las mayores ovaciones. Y, viendo la foto, ahora entendemos por qué.

Más detalles sobre el evento, y muy divertidos, pero sólo en inglés, en los tremendísimos blogs de La Cieca y en Opera Chic.

Para que luego digan que la ópera es aburrida. En el mp3 del inicio, la marcha de Aida, que seguro que a todos os suena de algún anuncio de pantys o sopas de sobre. Esperemos que suene, que anda que no estoy teniendo problemas con fileden.

13 comentarios :

Javier dijo...

Para que luego digan que el mundo de la opera es aburrido!!!!!!!

Anónimo dijo...

¿Pero eso era una opera o una peli de Berlanga?

Mocho dijo...

Previamente, en Valencia se desploma la plataforma del nuevo teatro y la maquinaria queda inutilizada. Empieza bien la temporadaaaaaaaaaaa.

Anónimo dijo...

Gracias por tan interesante blog, una operafanático..

Anónimo dijo...
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Anónimo dijo...
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Anónimo dijo...
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Anónimo dijo...
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