Les Contes d'Hoffmann. Teatro Real. Madrid

Hasta que no tenga más o menos organizado mi nuevo blog de operitas, y a la espera de elaborar un post que haga justicia a este largo puente de la mariconsti, aquí va el comentario sobre la última función a la que he asistido esta misma tarde:

Tercera operita de la temporada madrileña. Los cuentos de Hoffmann, de Offenbach. Bien, nunca la había visto representada y tiene su morbillo. Un argumento raro y desquiciado y su puñadito de momentos estelares.

A nivel general, todo fue demasiado estático: una pena que el director de escena no supiera aprovechar los preciosos decorados de Frigerio. No sabía mover a las masas y sólo se preocupó de la teatralidad en el acto de Antonia. Idem con la dirección musical, bastante anodina. Si le sumamos que esta ópera no entra en chicha hasta pasada una hora, el principio fue un pelín desesperante. Pero fue aparecer Olympia y ya todo fue sobre ruedas.

Marcus Haddock hizo el ingratísimo papel de Hoffmann, que es como Don carlo: no para de cantar como un descosido durante toda la ópera pero no tiene ningún momento espectacular. Estuvo muy correcto, pero sin emocionar. Los cuatro papeles de malo, a cargo de Giorgio Surian, para olvidar. Sólo con Antonia estuvo lucido. Estupendos los 4 criados de Pierre Lefebvre con momentito de "aquí me luzco" y más que bien el Nicklausse de Ekaterina Gubanova, que sustituía a la Ganassi (la que respira como una búfala).

Las chicas, que son lo que mola en esta ópera:

Desirée Rancatore se quitó la espina de su aburridísima Konstanze de hace unos meses cantando una Olympia simpatiquísima.

Desafinó lo que quiso y más, pero se marcó unos sobreagudos acojonantes, unas morcillas no incluidas en el papel y estuvo tan graciosa como muñeca que se quedó con el teatro. Muy bien.

Nadja Michael, la primera Giulietta que cecea. Qué dicción, por dior. Rotundísima de voz, nada sutil. Bien. Su escena de la famosísima barcarola se la cargó el director de escena, un tal Nicolas Joel, componiendo el cuadro más cutre de toda la ópera.



Y la gran triunfadora de la noche: Inva Mula como Antonia. Qué preciosidad de voz, qué modulación y qué bien cantada (con lo cursi que puede parecer este papel). Esta chica se supera año a año.

Además, su acto fue el único en el que se esmeraron los directores musical y de escena, y el decorado, precioso. Un puntazo.

Me ha gustado bastante, aunque me haya costado entrar en ella. Bonita, pero sin ser espectacular. No son Ramey, Shicoff, Dessay, Gallardo-Domâs y Graves en el fabuloso vídeo de la Scala, vamos, pero para el nivel que tenemos en Mandril (y quitando al malo, que era malo pero de verdad), todo más que aceptable.

Ni que decir tiene que los fragmentos musicales que he incluido no corresponden a la función del Real. Faltaría plus. Si no los oyes bien, recarga la página. Da igual, nadie me lee los posts sobre óperas, jejeje.

6 comentarios :

Anónimo dijo...

yo ví el otro reparto, con un aquiles machado que, sorprendentemente, ha pinchado en el real! por primera vez le veo realmente descolocado y fuera de papel, tanto escenénicamente como en la parte musical. estuvo soso, desafinado, ronco y sin llegar a muchas notas. la producción era bonita al principio pero tras tres hora uno se agota de ese estilo iglesia con frescos de disney, y echa de menos más chicha en los movimientos, más realidad. sin duda el acto de antonia es el más logrado pero aún así, cuántas oportunidades perdidas para hacer algo grande! el acto de giulietta es irreal con vestuarios lujosísimos y hoffmann vestido de mamarracho desarrapado. un sinsentido absurdo.

Casanova dijo...

Perdona que te escriba para no comentar nada sobre Los Cuentos de Hoffmann,pero es que no la conozco,ya sabes que soy analfabeto profundo en cuestiones de mùsica clàsica,pero hoy dijeron en el telediario que Roberto Alagna abandonò el escenario despuès de cantar Celeste Aida,y tuvieron que poner al sustituto.Cuando lo oì me acordè de ti.Dicen que se enfadò por oir un silbido entre el pùblico,un acto de reinona o lleva razòn?.Te paso una pàgina donde viene la noticia,con lo amante de la òpera y la mùsica clàsica en general que tù eres,debes entender muy bien el italiano

http://ilrestodelcarlino.quotidiano.net/chan/musica:5451109:/2006/12/11:

Mocho dijo...

Gracias Fer por ser el primero en poner algo en uno de mis rollos operísticos. Muacks & Kisses.

Casanova, gracias por la noticia, que lleva coleando en los diversos foros operísticos. Ahí se han juntado tres cosas: la divinidad del Alagna, su voz excesivamente lírica para el papel y la panda de imbéciles habituales en los teatros que se dedican a reventar funciones. por lo que he leído: él estuvo flojito pero no tan mal como para que lo abuchearan, pero como va de superstar no toleró la afrenta. Y respecto al público...está visto que vuelven a la Scala los viudos de la Callas.

Mocho dijo...

El vídeo de la noticia:

http://www.skylife.it/html/skylife/tg24/articolo/061211scala_alagna_lascia_aida.html

Anónimo dijo...

Muy buenas!! Busando críticas de la ópera me he encontrado con la tuya. Yo estuve ayer y me pareció espectacular, vibrante y bellísima.
Lo que me pareció indignante fue la respuesta del público. He visto y oído bastante ópera(aún así no me considero 'entendido'), y la representación me pareció de las mejores, sinceramente, en cuanto a música, voces y montaje en general.
El elegantísimo, cultísimo y educadísimo público del Teatro Real se marchó sin apenas aplaudir, no se si porque tendrían cena reservada y era tarde o porque no querían hacer cola para recoger sus flamantes abrigos del guardarropa, o si es que simplemente les pareció un bodrio y yo soy un paleto. La cara de reparto y director cuando salieron a saludar era un poema, sentí lástima y vergüenza ajena, porque si no te gusta, al menos yo por educación me quedo, siempre y cuando no sea una representación vergonzosa.
En cualquier caso, durante la representación se aplaudió muchísimo, así que no puedo entenderlo. A ver si alguno de los que se marchó se deja caer por aquí y me contesta, que me haría un favor.

Mocho dijo...

Huy, Andrew, esa espantá es muy habitual, ¿verdad? Pasa siempre, no problemo. Gracias por tus comentarios.

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