¡Me ofende usted!




Vivimos en un mundo en el que todo quisqui está a la que salta y se enfada muchísimo por cualquier gilipollez.
No estoy hablando de enfados originados por una causa externa puntual, sino de la predisposición a ofuscarse, indignarse y ofenderse que es tan habitual. Vamos, que parece que hay personas (o grupos) que están permanentemente esperando a que se diga algo para gritar a los cuatro vientos que han sido humillados y exigen una reparación urgente de su dolida persona.


El domingo un artículo de Javier Marías en El País Semanal (yo no leo JAMÁS dominicales, pero el enlace me lo pasaron) lo ponía en evidencia: existe una cantidad ingente de idiotas que se dedican a exigir prohibiciones y vetos y encima ¡se les hace caso para no ofenderlos! Ya nadie puede decir lo que piensa porque todo se toma como una agresión.



Marías habla de la pretensión de un grupo de estudiantes que EXIGEN que  desaparezcan del programa de estudios filósofos como Platón, Kant o Descartes por racistas y colonialistas. Y no es un hecho aislado: se reflejan otros ejemplos igualmente ridículos como tildar de racista la película Matar un ruiseñor (seguro que ni la han visto) o cuestionar la Biblia por su contenido religioso.

Pero es que están por todos lados: los subnormales que quieren que se quite la estatua de Colón de Barcelona, los que deterioran el lenguaje con el afán de duplicar todo en masculino y en femenino, los gilipollas que exigen que se retire el nuevo billete de 5 libras porque tiene trazas de sebo animal... ¿Qué pasa? ¿Es que se lo comen? 


Ayer mismo Flanny también lo comentaba por Twitter: PETA pide a nosequé compañía de videojuegos que sus personajes no lleven prendas de piel. De descojonarse. Y, como siempre, le dan mil vueltas a sus argumentos para que parezcan lógicos: "si vistes a tus personajes con pieles das a entender que eso es aceptable". 

Y es que por sistema entienden la omisión como una aceptación de principios. Ayer mismo nosequé político decía que si alguien no se manifestaba contra la política de Trump sobre el muro estaba apoyándola de hecho. Pues mira, so gilipollas, NO. Si no me manifiesto es porque no me quiero manifestar aunque dicha política me parezca una barbaridad. Parece que es imprescindible posicionarse sobre temas de vital importancia o si no lo haces le dan la vuelta enseguida. Y eso lo hacen todos y de todos los colores.

Sinceramente, creo que con esas acciones los de PETA consiguen reacciones muy contrarias a sus propósitos y, lo que es peor, que la labor que estén haciendo en favor del trato hacia los animales o la preservación de la fauna queden enmascaradas y perjudicadas por semejantes chorradas.



Y no te creas que en el mundo gay la cosa es muy distinta. Directamente dejé de seguir muchas páginas de activismo mariconeril porque todo era un "me quejo de todo y el que no esté de acuerdo conmigo (o que no diga lo que yo quiero que diga) está contra mí, es un facha homófobo y hay que censurar todo lo que haga". Y los comentarios borreguiles del resto de usuarios se iban retroalimentando entre ellos en su indignación. Aburrido.

De los gays agresivos anticondones pro PrEp ya hablaré en otra ocasión que si no me enrollo.



Se habla mucho de que hay que respetar las opiniones de los demás. Habría que matizar qué es el respeto. ¿Voy a respetar yo el que unos señores crean que un ser mágico llamado Dios que es un triángulo en el cielo con un ojo creó la vida, al hombre como ser supremo y todas las memeces religiosas? Pues no, no lo respeto y lo critico. Ahora, lo que no voy a hacer es irme a una asociación de creacionistas a ponerles una bomba en la puerta. Es que seguro que si piden prohibir los libros de ciencias, que lo habrán hecho, porque les ofenden, habrá quien lo tomará en consideración.

Y es que hay gente que se dedica a sacar provecho maligno de la ofensa. ¿Cómo es posible que un chiste tonto de humor negro sobre las niñas de Alcàsser, Carrero Blanco o Irene Villa o una representación de títeres provoque olas de indignación tales que lleven a procesos judiciales? Ya sé que en este país el asunto del terrorismo es delicado y ha habido mucha impunidad y condescendencia en el pasado con los partidarios de la violencia pero joder, lo heavy es que un juez lo tome en consideración y no diga: bah, es sólo un chiste.



Acaba de fallecer la periodista y presentadora de televisión Paloma Chamorro, especializada en arte y cultura, con programas en TVE como Trazos, Imágenes o esa maravillosa La Edad De Oro que era la hostia, directamente. A Paloma le metieron un juicio por profanación religiosa. La fiscalía retiró los cargos pero un abogado siguió recurriendo y la pobre mujer estuvo más de cinco años teniendo que aguantar el que alguien se hubiera sentido ofendido en sus creencias religiosas.


Creo que hay que distinguir entre quien se ofende porque es atacado directamente y quien se siente ofendido porque quiere. Vamos, que no es lo mismo que te llamen maricón de mierda a que voy a exigir que se deje de beber cocacola porque se anuncia en una serie de televisión en la que no hay ninguna pareja gay y por tanto no se refleja la pluralidad familiar y social y me siento discriminado.

¿Exagerado? Sí, pero a eso vamos, ¿no?

Si te ofende, es asunto tuyo.



¡El chulo, que se me olvidaba!
 

7 comentarios :

Ángel dijo...

Totalmente de acuerdo con usted, señor Mochez.
Chuiks..

mokko dijo...

plasplasplasplas !!! , muy bueno si señor . besukos .

Unknown dijo...

Asín es en todo. A mi me ha pasado que una feminista extrema se ofendió porque se me ocurrió decir que yo en la princesa Leia, con diez años o menos al ver la Guerra de las Galaxias, no vi un ejemplo de empoderamiento de la mujer, que eso lo vemos ahora y sobre todo después de que lo dijera la propia Carrie Fisher. Bien, pues se indignó y dijo que si las mujeres no nos apoyábamos entre nosotras, mal íbamos a acabar. Y cuando le rebatí que los ejemplos pueden ser femeninos o masculinos y que las niñas se pueden identificar con figuras masculinas buenas, casi me expulsa del gremio de mujeres!!!!
La gente está fatal. Y si hablas de Marías te vas a poner a mucha gente en contra, porque no está de moda que la gente hable como él. :)

Flanagan McPhee dijo...

Mira, Mocho, el día que me dijeron que yo era "homófobo de izquierdas" a mí ya se me cayeron los palos del sombrajo y me convertí en un extremista contra las gilipolleces.

Gracias por la inclusión en el artículo. No podría estar más de acuerdo, querido.

Anónimo dijo...

Pozí, a la gente se le ha ido la pinza. A los que se ofenden por todo y, peor, a los que les hacen caso.

Hace unos años, antes del éxido rural, ya decía que había que manifesarse en contra de las manifestaciones.

Christian Ingebrethsen dijo...

Es imposible luchar con gente así porque viven de buscar afrentas y ofensas, creo que le haría mucho bien a cualquier causa si la gente en lugar de montar bronca por detalles gilipollas fuera directa al núcleo.

Y por supuesto mucho Almax para esa gente pueda digerir mejor su amargura existencial. ¡Pobrecitos!

David dijo...

Normalmente los que más opinan son los que más lloran cuando les llevas la contraria. Es una pena que el mundo esté lleno de ofendidos profesionales.

A mí tampoco me gustan muchas opiniones que se vierten por ahí (léase las del Cardenal Cañizares) pero creo que el problema no es que las digan, sino que las piensen. En ese caso pienso que la palabra se combate con la palabra. Aunque luego ya que haya gente que no sepa más que ridiculizar las opiniones ajenas o montar dramas hace que sólo quede en una bonita teoría.

Un saludo.

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