La puesta del árbol

Si la Manuela ha encendido ya las luces de Navidad en Madrid no voy a ser yo menos, ea. Porque en nuestra casa tanto Tx como yo somos muy Mary Crismas y nos encanta lo de la decoración navideña.

Este año Tx quería superar el árbol del año pasado. Y lo ha logrado, claro que sí.

Lo primero, quería que fuera más alto. Todos los años sacamos un cajón de un mueble Ikea espantoso que tenemos por ahí escondido, que es ideal porque tiene ruedas, lo llenamos de libros (sí, en casa tenemos ¡libros!) y ponemos encima el árbol haciendo equilibrios, luego llenamos con más libros y ya se sujeta.

Pues este año hemos puesto 2 cajones, uno sobre el otro, y el árbol encima.

Los cajones están uno del derecho y otro del revés y el árbol va atornillado al tablex de fondo del segundo cajón. Los cajones, atornillados entre sí, véase en detalle:

Con eso nos quitamos el peso de los libros y el árbol se puede llevar fácil y grácilmente por todo el salón ¡oooooh! Pero claro, hay que rellenar ese espacio entre el suelo y las ramas de abajo. Y para ellooooo hemos hecho, igual que el año pasado, un aro gigante juntando dos hula hoops, sujetos al tronco del árbol con cordel:

Y los hula hoops los recubrimos con guirnalda verde imitación árbol de navidad:

Bien sujetita, la vamos colocando alrededor del aro para que no se vean y vamos extendiendo las ramas:

Como el aro es grande, está sujeto por cuatro hilos y la estructura es muy endeble, hay que colocar un contrapeso en la parte trasera para que no se nos caiga la guirnalda. ¿Y qué ponemos? ¡Una llave inglesa!

Sí, queda muy feo, pero es la parte posterior del árbol, la que va a ir pegada a la pared, y no se va a ver.

Para rellenar huecos y parezca más tupido, hemos metido unas cuantas guirnaldas verdes entre las ramas: 

Hay bolas porque una de las guirnaldas ya las trae incluidas, pero no son "las bolas". Arriba, el aspecto que se ve del árbol. Ya sólo queda ponerle las luces: cuatro juegos.

Para que te hagas una idea del tamaño....

Aproximadamente tres metros de árbol. Ahora a colocarlo en su sitio (benditas ruedas):

Y ponerle una cortina dorada para tapar los cajones de Ikea, claro. Porque yo tengo una cortina dorada en casa como todo hijo de vecino.

Finalmente toca la estrella. El año pasado compramos una gigante también de Ikea de esas de cartón troquelado que tienen una luz dentro, y la sujetamos a la barra de la cortina, con el árbol debajo. Este año hemos puesto un palo de escoba sujeto al tronco del árbol y hemos pinchado encima la estrella:

Queda mejor porque el pico está arriba pero viendo la foto del año pasado... ¡argh! ¡el árbol está como un par de palmos más bajito! A Tx casi el da un ataque. ¿Tanto rollo para subir el árbol y luego queda más bajo que el año pasado? En fin, qué se le va a hacer. Ya sólo falta... ¡encenderlo!

Y colgarle las bolas, claro.

Pero quien siga este blog desde hace años supongo que sabrá que Tx y yo damos una fiesta anual a nuestras familias y allegados más cercanos en la que cada invitado tiene que traer una bola para colgar en el árbol. Las cuñadas políticas se miran de reojo entre sí, los niños se aburren y yo pongo canciones espantosas de tontipop mezcladas con el Last Christmas de Wham. Pero eso ya es otro asunto del que no puedo poner fotos en público. Aaaaaaaaaah.

No te enfades, venga, dosis doble de chulos para despedir:

¿Quién es el activo y quién el pasivo?