Es una noche de fúbol

  
Ay chica, si ya lo sé, que esto lo tendría que haber contado el domingo pero aaaaaah, tenía que poner lo de la feria del libro y además, el domingo no estaba yo para muchos trotes. Para ninguno, más bien. Y es que lo del partido de fútbol de la final de la Champions tuvo su tela.

¡Pero si a ti no te gusta el fútbol, Mocho! Me dirás, y con razón. 
Lo primero, y ya lo he dicho aquí, desde hace años ya no se pronuncia fútbol, sino fúbol.
Lo segundo, por cuestiones familiares uno es del Aleti de toda la vida. Ya ves, podría haber sido peor, me podría haber tocado ser del Sporting de Aigüestortes, pero no.
Y lo tercero, una docena de años con Tx, forofísimo fubolero y madrilista, algo se me tienen que pegar, ¿no?


El caso es que para sábado por la tarde propusimos a nuestros amigos quedada en casa para ver el fúbol. La respuesta fue NO. Nadie quiere venir al polígono. El plan alternativo era ir a casa de Almatosa, que para eso tiene un salón que parece la sala de embarque del aeropuerto de Vigo, vive en el centro y casi todos pueden ir en transporte público... excepto nosotros, claro, que tenemos que apañárnoslas como podamos para dejar el coche en el putocentropuntocom de Madrid.


Y como nos negábamos a que nos ocurriera lo de la fiesta de Eurovisión, salimos con muuuuuucho tiempo. Y vamos y aparcamos a la primera. Huy pues Almatosa ha dicho que ni se nos ocurra aparecer antes de las ocho. Pues son las siete y diez. Bueno, no pasa nada por ir con 50 minutos de adelanto, no nos vamos a quedar en el coche, y el LIDL de la esquina no da para tanto.

Así que ahí demostramos que las maris podemos quedar para ver algo tan tan machirulo como un partido de fúbol. Creo que nos juntamos 11, más dos que vinieron ya al final. Cada uno trajimos algo para comer y Almi preparaba su famoso buey a la bourgignon.


Problema: el partido empezaba a las 20:45 (horario Champions), mínimo dos horas hasta que termine. ¿Qué hacemos? ¿Esperamos a que termine para ponernos a cenar? ¿Empezamos a cenar dejando que quien quisiera ver el partido se aguantara hasta el final? Qué dramas.

Almatosa, mientras, me recibió con un "Huy, ¿has vuelto a engordar?" Y ante mi enfado me soltó: "claro, te tumbas en el sofá en plan vacaburra con el tripón por encima..." Volví a refunfuñar y me espetó: "Oye, que la culpa es tuya, no engordes". Agradable que es. Hala, ya traumatizado para todo lo que queda de mes y parte del siguiente.


Así que optamos por tirar por la vía de enmedio. Ni una cosa ni otra, María de las Virtudes. Se saca un poquito de queso, unas patatas, un poco de jamoncito (que traía la marchi en su trenka) cuatro guarrerías más y... empezaron a caer botellas de vino.

Una, otra, otra, otra....
Hacia el principio de la segunda parte, el sector que más había bebido estaba ya pegando unas voces que ni tu vecina la del bajo cuando le echas la colilla sin apagar encima de la colada tendida en el patio (plus el cenicero con la ceniza y las cáscaras de pistacho, claro). Y a todo esto, Tx, que cuando ve un partido se pone en trance y con tal estado de nervios que no puede ni comer ni beber, diciéndonos que nos calláramos y que le dejáramos concentrarse.

Yo mientras aprovechaba para sacarme fotos semienpelotas con motivos fuboleros y luego subirlas a Instagram o enviarlas por Whatsapp.


El caso es que el partido estaba llegando a su fin. Minuto 90. 5 de descuento. Almatosa ya poniendo en la lumbre la cazuela de la jodida bourgignon y de repente... lo que todos sabemos: EL NOVIO DE PILAR RUBIO MARCA GOL Y EMPATA.

O sea, prórroga. 


Y salta Almatosa pegando unos gritos de la hostia mientras removía la cazuela en el fuego: "¿Quéeeeee? ¿Otra media hora maáaaaaas???"

Pues sí, media hora más en la que no tuvimos más remedio que dar buena cuenta de otras cuantas botellas de vino. La gente estaba ya muy perjudicada. Yo rompí una copa y a la calva se le cayó una botella de cava al suelo. Luego nos dedicamos a escanear los códigos de barras de todas las botellas que nos habíamos bebido a ver si salía el precio en el móvil.
O sea, pedas perdidas.
 

Para la cena cena, una vez ya finiquitado el partido, éramos 13, con el tx contento porque su equipo había ganado pero en un estado de nervios que casi ni lo disfrutó. Y es lo que digo yo, si te vas a poner tan atacado, ¿te merece la pena que tu equipo gane? 

Yo no sé ni la hora que nos daría porque, sin estar peda perdida, estaba con tal cantidad de alcohol en sangre que no asuntaba.

Y al día siguiente mi querido novio Tx me sacó de casa tempranito para llevarme a la de sus padres. ¿A comer? ¡No! A hablar de la final de la Champions. 
Aghhhh. Claro, Tx necesitaba a alguien que le alentara. Y allí estaban él y su madre reviviendo el partido indignadísimos mientras yo me tomaba una cocacola zero y unas patatillas. Porque luego había que ir a votar. Primero él a su colegio (tardó un poquito) y luego yo al mío (que no había NADIE, nidiós, llegar, coger la papeleta, meterla en el sobre, ir a la mesa, enseñar el DNI y a la urna). Así que en un plisplás ya habíamos ejercido nuestro derecho constitucional.
Espero no haberme equivocado de papeleta, no.


Afortunadamente fuimos a comer a casa de unos amigos. Yo iba aún arrastrándome por las esquinas del cansancio, pero al menos pude repanchingarme en un sillón y descansar un poco. Según Tx, ronqué, y está muy feo roncar cuando se va de visita. Pero chico, qué quieres que le haga, si no me había traído la máscara.

Por la tarde ya anduve más despejadito y activo, y por la noche conseguí evitar que Tx pusiera las celebraciones del Madrí, Aída y los primeros resultados de las elecciones con uan película de Jason Statham que, como viene siendo habitual, dejamos de ver a la media hora porque era un coñazo.


Tengo que decir que me enteré de que existía un partido llamado Podemos cuando vi las papeletas expuestas en el colegio electoral, y de quiénes eran después de todo lo que se ha comentado sobre ellos en estos dos días. Soy lo peor.

Y hala, fin de mes.

Te dejo con las fotos de los asistentes a la cena fubolera del otro día y ya comentamos detalles si eso, ¿eh?


8 comentarios :

Unknown dijo...

Habrá que inventarse un "juego de beber para el júrgol" y así no pareceréis unas borrachas provincianas :D

Mocho dijo...

No es júrgol. Nadie dice júrgol. Es fúbol.

Anónimo dijo...

Uy, con lo mariculta que pareces... ahora resulta que te has vuelto una paleta... ¡Es fúrbol, detodalavidadedios! ¡FÚRBOL!

Las dudas me causan zozobra: ¿Pensará el tx (como representante aleatorio del colectivo aficionado furbolero) que por el hecho de concentrarse él, su equipo lo hará mejor o peor? ¿Es que el fúrbol es un juego telekinético o telepático? ¿Piensan que por gritarle a la tele, los furbolistas jugarán mejor o que le harán caso? Un sin vivir...

un-angel dijo...

Yo sé que NO me gusta NADA el fútbol desde mucho antes de saber siquiera que me gustaban los tíos por ponerte un ejemplo, es decir, es de las pocas cosas que tengo claras desde que poseo uso de razón, por lo cual una tarde de amigos viendo el partido-de-lo-que-sea me resulta la peor pesadilla.
Luego bueno, me lo cuentas tú así como tú lo cuentas y casi me da envidieja lo bien que os lo habéis pasado, jaja.
Jo, y yo que tampoco me enteré de que "Podemos" existía hasta ver los resultados de las votaciones, ¡que cateto informativo!...

Mocho dijo...

Haddoquín, otro que no escucha las noticias deportivas; es FÚBOL y si no presta atención.

un-angel, yo casi casi. Y sí, una reunión de una docena de maris para ver el fúbol puede ser de lo más divertido. He dicho.

desgayficando dijo...

A ver, terminología, Fúbol es para los que van de fisnos, tipo periodistas y Ángel María Villar, para los simples aficionados es Fúrbol y ya cuando se entra en el garrulismo extremo llegamos a Fúrgol e incluso Júrgol en los peores casos.
Yo como mari aficionado al deporte y maridridista vi el partido y lo pasé fatal también, cuando empece a correr por toda la casa con el gol de Sergio Ramos a G creía que le daba un ataque al corazón de la risa.

Anónimo dijo...

desgay, menos mal que nos iluminas. En de resumen, Mochuelo va de fisno, que para algo lo es. Menda, de simple, porque de aficionado al fúrbol poco.

Flanagan McPhee dijo...

Esta selección de fotos no es que dé para paja, es que me he manchado el boxer en el despacho (cosa 1)

Y, por otro lado, ¡así también veo yo el fútbol! Jo, qué envidiaca.

Besitos

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