Billy Budd y Goyas de colores


Finde cultureta y mariconeril.

El viernes, Billy Budd en el Teatro Real.
Es una ópera de Britten de los años cincuenta del siglo pasado.
Como siempre me pasa con este autor, al principio se me hace un poco cuesta arriba, su música es un poco árida, y más en una obra en la que el primer acto es de preparativos de los acontecimientos.
Pero chico, luego llega el segundo y la obra te atrapa de una manera que ya no puedes escapar.


La historia va de un barco inglés a finales del siglo XVIII que enrola marineros a la fuerza para la guerra contra Francia. Y entre ellos un muchacho bello, amable, que se hace querer por todo el mundo y que suscita la pasión del maestro de armas. Bueno, esto es lo que nos dicen en el argumento, porque realmente en la ópera en sí todo queda muy rápidamente explicado y "como por encima". Es mucho menos explícita que otras obras del autor como Muerte en Venecia pero vamos, la homosexualidad está latente y presente.



Para voyeuristas, el barítono Duncan Rock ¡se quita la camiseta! (como de costumbre), mostrando una pectoraliapuntocom realmente potente.


Muy recomendable. Y para los que se echen atrás con el tema de la ópera, decirles que aunque al principio cueste, luego la música es superdescriptiva, y el argumento es tan intenso que incluso habrá quien se pueda abstraer y verla sólo como una obra de teatro.


Hay película basada en el mismo relato, dirigida por Peter Ustinov y titulada en España "La fragata infernal" (yavestruz) con terence Stamp haciendo de "objeto de deseo". He leído por ahí que es muy buena, a ver si me animo.


Por lo demás, la señora de al lado (la que huele raro y no saluda) vino con el abrigo de pieles hasta el suelo, muy regia ella (de viernes) y, fiel a su costumbre, se quedó ligeramente traspuesta en algunos momentos y ni aplaudió, salió escopetada en el último chimpún de la orquesta. A la del otro lado, la simpática, esta vez no le dio tiempo a tomarse el vinito que acostumbra. La un poco más mayor de la derecha estuvo sobada toda la función. Que digo yo que con lo carísimas que son las entradas jopetas, que las revenda. Y el refunfuñador de atrás estuvo calladito toda la noche y sólo se quejó de que no saliera a saludar la directora de escena, imagino que para abuchearla. Pues a) los directores de escena sólo salen a saludar en los estrenos y nuestro turno de abono NO es de estreno y b) la producción es fantástica, sólo con unas plataformas y unas cuerdas nos lleva totalmente al ambiente opresivo del barco.
Y el sábado la gala de los premios Goya.

¿Y qué tienen de mariquita los premios Goya?

Pues básicamente que nos reunimos una minimaripandi para verlos y que de postre llevamos una tarta arco iris.



Y punto.

Porque el resto fue como todos los años. Bastante más ligera en el tema de los agradecimientos. No se me hizo pesada, aunque no hay quien la consiga bajar de las tres horas.

Una sugerencia para aligerarla: Señores de la academia, el ver bajar por las escaleras a los presentadores de cada premio no tiene interés. Podrían estar ya preparados cuando se anuncia el premio o, como mucho, que entren sin tener que superar barreras arquitectónicas. Al mismo nivel, vamos. Con eso y con reducir el tiempo del monólogo del presentador... ¿nos quitamos casi media hora?

Cuando ya creíamos que nos habíamos librado del numerito musical... zasca. No, o sea, no.


A mí lo de los modelitos de las actrices me la trae al pairo pero, visto lo visto, comentar que el de Ana Belén por muy lección de estilo que digan, me pareció un despropósito (por cierto, nena, leer tu página d la wikipedia en el discurso sobró). ¿Y qué pinta Nieves Álvarez en esa gala? Siempre sale, siempre la fotografían, y no tiene nada que ver con el cine. 

Pero bueno, estuvo entretenida, Almodóvar vetará la gala por otros quince años (se siente, vaya petardo de película) y nosotros nos fuimos corriendo al metro, que iba petado.

Hala, a empezar la semana.


1 comentario :

Christian Ingebrethsen dijo...

La película la vi hace mucho tiempo pero no tenía ni idea de que estuviera basada en una ópera.

Y sobre los Goya, este año he pasado de verlo, cada año me parece más un espectáculo paleto que una gala medianamente seria y cada vez siguen más la estrategia de Telecinco de forzar la polémica todo lo que puedan para conseguir audiencia. Asqueroso.

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