¿La gilipollez es contagiosa?



Ahí dejo la pregunta.

Y es que creo que sí porque ¿qué lleva a alguien que era más majo que las pesetas a volverse un sieso de agárrate y no te menees después de juntarse con ciertos elementos de gilipollez sufientemente contrastada a lo largo de los años?

¿Será que, a ciertas edades, aún funciona el corporativismo de patio de colegio? El sentirse fuerte junto a los fuertes (o gilipollas junto a los gilipollas), el anular la personalidad y diluirla en el grupo.

Y ya no hablemos de la "gente que parece normal pero que no lo es", los megasuspicaces o los hipersusceptibles.




Siempre lo he dicho: la culpa de la decepción es del decepcionado, no del decepcionante. Uno esperaba más, otro no daba más de sí.

Así que, nenas, dos contactos menos en el móvil y now they can't take away the fun from me 


Ay, ay, Five, six, cha cha bitch. Uno, tres, cinco, seis, cha cha bitch. Perra, bien perra. Five, six, cha cha bitch.
 Y, como dicen los de Estoy Bailando....

1 comentario :

Juanjo dijo...

No das detalles. Diagnóstico certero de gilipollez infecciosa no te puedo dar. Pero bueno, estas cosas pasan ¿no?¿por que no tendría que suceder? Quiero decir que no podemos exigir a la vida que las personas que consideramos valiosas lo sigan siendo y encima estén a nuestro lado toda la vida. La miserable verdad es que no podemos ni cumplirlo nosotros mismos. Así que alegrate de haber conocido a esas personas en su estado de gracia y de poder dejarlas marchar cundo era el momento. Y, sobre todo, no busques respuestas a unas preguntas que no te corresponden formular. Muchas veces el conocimiento de un problema no conlleva encontrar su solución , ni mucho menos te legítima a desfacer entuertos que no te corresponden (es un atavismo positivista que no se nos va ni con lejía) A veces la vida es así de perra.

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