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A nuestra llegada nos recibió un torrencial chorro de luz. ¿Qué era? Un aplique digno de Swarovski, por lo menos. Qué lujo, qué total.

Y es que para nosotros todo lo que brille es poco, incluso el juego de copas de virutas de chocolate de plata estarían bien para la lista de bodas.
Nos quedamos alucinados con las máquinas de dardos online que hay en el bar de los chicos. La gente se saca una tarjeta, se apunta a un campeonato y juegas contra otro tío que está en otro bar mientras lo ves por la pantalla superior. A los memos que me digan que estoy anticuado: Buuuuuuuuuu, que yo hace siglos que dejé los ligues de salas de maquinitas tragaperras porque se me pasó la edad y aún me faltan un par de décadas para volver a ellas en el otro bando.
Y como en esta ciudad son muy tradicionales, hasta tienen su monumento al pederasta de sala de maquinitas. Con traje regional y todo (sería de cuando jugaban a la rana, las tabas, etc...)
Luego, por la noche, tanto jovencitos como mayoras acaban aquí (o al lado del río). Fui un valiente: aguanté que pusieran casi todo el disco de la Mónica Naranjo sin rechistar y un vídeo de un concierto de Beyoncé (o lo mismo era sólo una canción con el auto-repeat, no sé).
Para muchos ésta puede ser la solución, pero cada vez que veo esa puerta (clic para ampliarla) me imagino toda una serie de artilugios de tortura sexual de todo tipo. Quita, quita.
A mí dame gótico tardío florido, flamígero y recargado.
Qué bonitas y entrañables las tradiciones religiosas de la piel de toro. Como en todos los pueblos de Nuestraespaña, nos encontramos con una piadosa procesión:
Y las putas meninas, que están en todos laos
Al día siguiente, campo.
Totalmente Julie Andrews:
Encrucijada de caminos, crisol de culturas, etc etc etc:
Con nuestra dosis de románico, claro:
Ermitas situadas en decorados perfectos
Cataratas que ni el Niágara:
Y un picnic al lado del río
Y cuando digo picnic, digo picnic, con todo el equipamiento.
Ah, qué tiempos de la tartera de aluminio con el filete empanado.
A la torre del castillo sólo subí yo, que uno se quejaba de las agujetas y al otro le daban vértigos. ¡Nenazas! Yo, taconazo y para arriba.
Con soberbias vistas. No busques la fachada de la iglesia, la vendieron y está en los Cloisters de Nueva York.
Atención al cartel, porque tiene su punto. Exactamente eso, un punto.

Y para terminar, un consejo:
Chicos, tened cuidado, las saunas son muy peligrosas, y si no mirad lo que le ocurrió al chico de esta película:
Es una pena que no haya encontrado escenas en youtube de su protagonista femenina: TITA BARKER, más conocida como "La Baronesa Encadenada".